La banda acaba de editar su primer álbum, “Grandes ladridos”, que abarca muchos géneros diferentes y ahora va por más. Nico Landa y Alfredo Vargas nos contaron algunos secretos del grupo. Por Por Matías Ball, para Ciudad Internet.
Dentro del panorama actual del rock nacional, Los Animalitos son casi una anomalía. En “Grandes ladridos”, su primer álbum, la banda demuestra que está lejos de los preconceptos y más allá de las barreras. Porque a lo largo del álbum pueden escucharse rancheras (“De vampiros”), cuartetos (“Pico dulce”), raps (“Gitano americano”), la cumbia (“Los pájaros van al Uruguay” y “El panadero”), el reggae (“Loma verde”) y el ska (“Algunos armados”).
Pero el tema que está sonando en las radios es la oscura balada “Vendrá la Muerte y tendrá tus ojos”, grabada junto con Andrés Calamaro. Y también hay una hilarante versión cumbiera de “¿Y cómo es el?”, el clásico melódico de José Luis Perales.
Para tener más detalles conversamos con el cantante, multinstrumentista y compositor Nico Landa, y con el bajista Alfredo Vargas, los líderes y miembros fundadores del grupo.
– ¿Cómo se formó la banda?
– Nico Landa: Yo me separé de los Auténticos Decadentes porque ahí no tenía mucho lugar para poner mis canciones. Así que comenzamos a armar esta nueva banda para poder tocar la música que nos gustaba. El grupo se fue armando poco a poco; hubo gente que entró y salió, incluso mientras grabábamos el disco.
– Alfredo Vargas: “Grandes ladridos” se grabó en varios estudios y durante varios meses. Cuando conseguíamos unas horas en un estudio, íbamos y grabábamos. Terminó de grabarse a principios del 2001 y salió a la calle por Fogón recién en diciembre.
– ¿Cómo definirían a Los Animalitos?
– Nico: Como una banda sin prejuicios. Nosotros podemos tocar desde una cumbia y una balada, hasta una ranchera o un reggae. Pero todo con el mayor respeto, porque nos encantan cada uno de esos géneros. No los tomamos en broma, sino que los encaramos con mucha seriedad.
– ¿Qué nos pueden contar de “Vendrá la Muerte y tendrá tus ojos”, el primer tema de difusión?
– Nico: Originalmente no era una canción de banda. Tenía armónica, acordeón y una guitarrita. Después le hicimos la letra con Andrés (Calamaro) y la completamos. Nosotros queríamos difundir el tema que abre el disco, “El Pueblo”, o “¿Y cómo es él?”. Pero éste lo eligió la compañía. Además, nosotros habíamos hecho un video con la canción, y en un testeo de la radio La Mega anduvo muy bien.
– Alfredo: La gente de Cuatro Cabezas se re-cebó con el video, y lo hicieron como si fuera algo de ellos, incluso antes de que saliera el disco. Y quedó buenísimo. Aparecieron un día con una grúa y como treinta personas. Y además lo pagaron ellos. Es un plano secuencia bien trabajado, medio Bukowski. Es denso, como el tema.
– El tema se sale un poco de la norma del disco, que en general es bastante arriba.
– Nico: Sí, pero fijate que nosotros tenemos muchos temas que son bien arriba, pero las letras son re-depresivas. O de un género distinto al de la canción. Ese es un elemento que puede llegar a ser original. Acá podés llegar a escuchar una cumbia, o un ska, pero la letra no va a hablar de las cosas típicas que de esos estilos. En ese sentido, aunque respetamos al género musicalmente, no lo hacemos en lo lírico. Vos podés escuchar una cumbia nuestra con una letra que parece de Nick Cave. Es otra falta de prejuicios.
– Alfredo: Es más, cuanto más marcada es la cumbia, más rebuscada la letra. No fue buscado a propósito, pero quedó así.
– ¿Encuentran puntos en contacto con Kapanga, por ejemplo?
– Alfredo: A mí Kapanga me gusta mucho. Ellos se animaron a meter el cuarteto en el rock. Me parece original. Además, compro su personalidad, tienen un aura muy especial. Lo de ellos es también una osadía, como la nuestra, aunque aplicada de manera diferente. Nosotros fusionamos distinto. Ellos son todos del mismo palo, cosa que no pasa con nuestra banda. En Los Animalitos hay cumbieros puros mezclados con roqueros puros, y también otros, como nosotros dos, que tocamos de todo.
– Nico: Ellos tienen un estilo, uno los escucha y dice: “es Kapanga”. En cambio, no creo que eso pase todavía con nosotros. Y si seguimos en esta línea, va a ser muy difícil que pase. La gente que nos sigue tiene que tener el mismo nivel de desprejuicio que tenemos nosotros.
– Puede desorientar un poco, porque si uno va a buscar al disco algo parecido al tema con Calamaro, se va a encontrar con algo muy diferente…
– Alfredo: Lo que pasa es que para que esa persona se compre este disco, nosotros nos compramos 5 mil antes. A nosotros no hay oferta de $3 que se nos escape. Yo me devoro las disquerías, y vas a la casa de Nico, y es una pared llena de discos. Este disco es un compilado de nuestra vida.
– Nico: Es así por ese compromiso casi dogmático de no tener prejuicios. No está hecho a propósito. No decimos: “vamos a hacer temas distintos”. Al ser tan apasionados por la música, no hay ningún límite. Entonces, si se nos ocurre un tema de jazz que hable de Ciudad Oculta, lo vamos a hacer. Eso es lo divertido. Y es de lo que estamos orgullosos.
– Además, eligen géneros bien populares.
– Nico: A mí me gusta particularmente la música popular. Yo soy de la creencia de que lo popular es bueno por definición.
– ¿Cómo funciona la democracia de nueve personas en una banda?
– Alfredo: Muy natural, funciona bien. Además, lo que hacemos nos tiene que gustar a todos. Si a alguien no le gusta, no queda.
– Nico: Es la idiosincrasia del grupo, para eso nos juntamos. Todos tienen sus distintas escuelas, pero Los Animalitos es como un cruce de caminos.
– Alfredo: Por ejemplo, yo tengo 30 años y el más chico tiene 18. Somos todos tipos con historias muy distintas, y de lugares distintos. Si vos te fijás en un mapa del Gran Buenos Aires, te das cuenta de que venimos de todas partes.
– Nico: Quizás lo que nos une es la forma de manejarnos, que es bien roquera. Especialmente en los recitales en vivo.
– Alfredo: Además, uno aprende del otro, y se entusiasma todo el tiempo con cosas nuevas. Por ejemplo, en el contacto con la Chilinga. Es una pena que no los hayamos conocido antes y que no hayan podido grabar en el disco, pero dimos un recital en el Marquee que fue impresionante. Abrió el show un amigo nuestro, el flaco Pena, que toca tres o cuatro tangos él solo con su guitarra. Apenas termina, arrancamos nosotros, y después se suman los chicos de la Chilinga. Una emoción total. El disco genera mucha buena leche, y es lo que más me gusta. Mucha gente se acerca y quiere participar.
– ¿En vivo los temas suenan igual?
– Alfredo: No, hay cambios porque aparecen ideas nuevas. No te olvides de que la banda terminó de formarse recién al final de la grabación del disco. Y el grupo empezó a tocar como tal después de grabar el álbum.
– ¿Cómo grabaron?
– Nico: Primero hicimos las bases de bajo, batería y guitarra en
vivo, y después agregamos todos los retoques. El sonido del disco se terminó de lograr en el estudio, no en los ensayos previos. Y también ahí aparecieron todos los invitados, que son muchísimos.
– Alfredo: Nosotros hicimos 16 ó 17 temas, y no llegamos a meterlos todos, aunque algunos de ellos los tocamos en vivo. Tenemos algunos otros covers, de temas melódicos llevados a otro terreno: de Sandra Mihanovich, José Luis Perales, Camilo Sesto, Roberto Carlos, Julio Iglesias y un tema de Frank Sinatra.
– Nico: Nos gusta hacer eso: temas ultra-pardos, bien melódicos, trabajados de otra forma, como “New York, New York” en cuarteto.
– Hay mucho de humor en eso.
– Nico: Pero ojo que eso nos gusta en serio, no lo hacemos para burlarnos. Yo tengo un tatuaje de Perales, por ejemplo; me copa en serio.
– Alfredo: No hay ironía, realmente nos apasiona. Nosotros trabajamos con gente que viene de la cumbia, y para ellos Antonio Ríos significó lo mismo que para nosotros Mick Jagger.
– ¿Cómo se imaginan el próximo disco?
– Alfredo: Un delirio, cualquier cosa. A mí ya me gusta más el segundo disco que el primero, aunque ni lo grabamos todavía. Va a ser todavía más extremista, pero ya lo vamos a grabar como una banda en serio. Tenemos un tema que se llama “El metapalo”, que es bien electrónico. Y “La ranchada de los paraguayos”, que es una cumbia santafesina con letra de la cárcel, que hicimos con Calamaro. O “El fantasma”, que es un tema un poco psicodélico, medio The Doors, con un estribillo bien al palo. Recién los estamos armando, así que aún no los tocamos en vivo.