La reconfiguración de Malón, la banda de los exmiembros de Hermética Claudio O’Connor y el Tano Romano (sin Pato Strunz), se consolida con un nuevo álbum y un flamante baterista.
El disco «Oscuro plan del poder» (2023) marca un hito en el camino de Malón, representando una etapa nueva y sólida para la banda. Aunque se puede argumentar que este lanzamiento no es la «segunda muerte» de Hermética, es crucial apreciar el álbum de Malón por sus propios méritos, sin compararlo constantemente con su predecesor. La colaboración entre Claudio O’Connor y el Tano Romano es poderosa, reflejando una sociedad de composición musical y lírica que destaca en este trabajo.
La ausencia más notoria en este nuevo lanzamiento es la de Pato Strunz, baterista y exmánager del grupo. La partida de Strunz en 2021 llevó a Malón a buscar reemplazos tanto en la batería como en la gestión. Sin embargo, Claudio O’Connor rápidamente intervino, trayendo a bordo a su propio mánager, Andrés Vignolo, y al nuevo baterista Javier Rubio. La incorporación de Rubio es especialmente relevante, ya que su estilo único de batería aporta un nuevo matiz a la música de Malón.
Javier Rubio, anteriormente vinculado a bandas como Villanos, La Mancha de Rolando y Trepanador, se convirtió en baterista de Malón después de haber sido un fan apasionado de la banda desde su adolescencia. Su experiencia previa como oyente y la oportunidad de unirse a la banda que admiraba resultaron en una conexión fluida y en una contribución fresca al estilo característico de Malón. En palabras de Rubio, «Yo despegaba como cuete, porque además me daba cuenta de que iba a tocar con estos locos que son buenos de verdad».
La dinámica colaborativa entre los miembros de la banda se refleja en la composición y producción de «Oscuro plan del poder». Javier Rubio aportó su perspectiva única a la estructura de las canciones, enriqueciendo los riffs y los elementos rítmicos. El resultado es un álbum que suena contemporáneo y auténtico, conservando al mismo tiempo la esencia fundamental de Malón.
La partida y llegada de miembros a lo largo de los años ha influido en la evolución de la banda. Aunque las alineaciones pueden cambiar, el enfoque lírico y la identidad musical de Malón siguen siendo consistentes. Temas recurrentes como la crítica social y la denuncia de las injusticias prevalecen en «Oscuro plan del poder», recordándonos que la esencia de Malón se mantiene intacta.
En este álbum, las letras de las canciones como «El gran reinicio», «Un cielo rojo» y «Ancho falso» resuenan con las preocupaciones contemporáneas y siguen manifestando la postura de la banda frente a los desafíos sociales y políticos**. Claudio O’Connor explica: «La temática de Malón siempre fue por el mismo camino. Seguimos con la lírica que caracteriza a esta banda. Nos interesa tocar, nos interesa divertirnos, dedicarnos a esto que nos dedicamos».
El destino de una eventual reunión de la formación clásica de Hermética permanece incierto. La rivalidad entre los fanáticos de Malón y Almafuerte persiste, aunque algunos fans han superado la división y se han dado cuenta de que la música de ambas bandas tiene valor en sí misma.
Aunque los caminos individuales de los músicos se han bifurcado, las huellas de Hermética siguen influyendo en sus respectivas carreras. La relación entre las dos bandas continúa siendo una parte crucial de la historia del rock argentina.
En última instancia, Malón sigue siendo un pilar fundamental en la escena del rock argentino. A pesar de los cambios y las separaciones, la esencia de la banda permanece sólida y resuelta. «El día que uno de nosotros ya no esté, ahí van a empezar a decir ‘bueno loco, ya fue’», comenta el Tano Romano. Mientras tanto, Malón persiste y sigue escribiendo su propia historia en el panorama del rock argentino.