A pocos días de retornar a los escenarios junto a Los Dragones Albinos, y continuando con la entrevista de presentación en sociedad, Baltasar Comotto nos cuenta sensaciones del proyecto post redondo de Indio Solari y narra las singularidades de la Gira Porco Rex 2008.
En la época del Tesoro de los Inocentes Indio decía que saldría a tocar en vivo con los mismos músicos que lo habían hecho en el disco, y que después vería qué pasa con el magnetismo físico para poder continuar. Finalmente siguieron todos.
Si, se generó una química que está buena y se mantuvo para mejor. Pienso que es una cuestión interna de la banda, de cómo funciona en los ensayos, cómo coordina en vivo y cómo responde ante cierta situación… Y los shows salieron muy bien por eso, por que existe esa energía.
Sabés que justamente en una entrevista en diciembre pasado, Pablo Sbaraglia también nos hablaba de esa química y nos aseguraba que era resultado de las fuentes diversas de las que provienen los músicos.
Si, eso es real también por que hay gustos diferentes y todos nos respetamos. Estamos unidos para que suene como tiene que sonar la música que el Indio se merece. Si tuviéramos los mismos gustos o pensamientos por ahí la banda sonaría de otra forma o sería diferente. En ese sentido es bastante… ¡cosmopolita! (risas…). Gente de diferentes razas con gustos diferentes.
¿Cómo son los ensayos previos a un show con Los Fundamentalistas? ¿Y cómo se preparan para cuando Indio se da una vuelta para supervisar todo?
Es fuerte. Está bueno. Exige mucha concentración y que lo que estás haciendo, se haga realmente bien y funcione cuando él viene. Por que si super ensayas pero si a la persona que lo tiene que escuchar no le gusta, no le gusta.
Me imagino ensayos largos y agotadores, pero que desarrollan una gimnasia…
Si, es bravo. Pero bueno… vas entrando en esa frecuencia de ensayo y al final como que ya es automático, no lo pensas tanto. Además, no pasamos la lista entera desde el primer día. Vamos gradualmente: hacemos algunos temas, después otros y al final ya vamos con todo el paquete.
¿Ensayan la lista en el orden en que será ejecutada o pueden mezclar?
Hay diferentes formas, no hay una mecánica estándar. Si hay temas nuevos que se barajaron y se quieren tocar, empezamos ensayando esos temas. No siempre es igual, lo cual lo hace divertido. Está bueno, siempre que tenemos que ensayar es una nueva aventura.
Con semejante nivel de exigencia, ¿de qué manera logras enfocarte para que todo te salga bien?
En mi caso, yo me aboco a la música del Indio. Dejo todo lo que tengo que hacer y me concentro en eso. Es como un partido de fútbol más o menos… tenés que mentalizarte. Para este tipo de shows con tanta presión de la gente y con listas largas, siempre fui así. Y la música del Indio es compleja para que suene bien. Todo tiene que ser meticuloso y estar bien puesto. Y tiene que haber una dinámica y un grado de conciencia para que lo que uno hace rinda al momento del show.
¿Lo mismo cuando tocabas en Para Los Árboles con el Flaco Spinetta?
También, si. Igual son cosas diferentes. Tienen un contenido energético distinto. Estos requieren una concentración y una responsabilidad hacia esa música que tiene que estar a disposición todo el tiempo. Pero hay un grado de responsabilidad muy fuerte en ambos casos, y eso se respeta a rajatabla.
¿Cuál te pareció el concierto mejor logrado de la gira Porco Rex?
Yo disfruté muchísimo el de San Luís. El lugar era rarísimo, había unas montañas increíbles, la gente estaba enardecida, vi las banderas más grandes. Estuvo buenísimo y sonó muy bien ese show. Acompañó el clima, lo cual era complicado por que aparentemente iba a venir una tormenta.
Si, yo me acuerdo que estaba ahí y durante los primeros dos temas una tormenta de viento molestó un poco el sonido, pero después se calmó.
Si, ese show estuvo muy bueno. Tandil me encantó también, fue un lugar rarísimo, muy grande, fue una experiencia muy linda. Y bueno… los últimos shows de La Plata ¿qué te puedo decir?
¡Qué satisfacción haber hecho varios shows sin grandes inconvenientes técnicos!
Si, por suerte si. Hubo mucha conciencia en todos los shows. Además de los músicos, toda la gente que laburó… asistentes, plomos, la logística, todo eso estuvo buenísimo. Fue una cosa muy energética, hubo mucha unión de querer hacer las cosas bien.