Filosofía sobre títulos elocuentes: así como «Gabinete de curiosidades» transmite la idea de un receptáculo chico, cerrado y personal en el que hay que asomarse para ver el contenido, «Hormonal» sugiere una impulsividad y un vaivén anímico que te encuentran aunque no quieras. La diferencia entre ambos discos de Hilda es notoria: lejos de la introspección agreste en tonos pastel del debut solista, aquí todo es pop rock de colores, generalmente ácido, a veces alegre, pero siempre sanguíneo.
Sabiendo que su redescubierta ciudad contagia energía tanto como emana frialdad y cinismo, la ex Man Ray retoma su saludable costumbre de atraer con las melodías y rematar con los estribillos en canciones como “Dios” o “La lluvia”, pero no se priva de decir “por las calles estas vidas valen poco o nada” o“yo me vuelvo al sur esperando que haya días mejores”. Críticas explícitas a la tilinguería posmo (“Palermo Hollywood”) y contemplaciones de ombligo brutalmente honestas (“Hormonal”) conviven en un disco que sabe abrevar de diversas fuentes (del pop nacional electroacústico de los 80 a Morcheeba y The Shadows) pero tiene como punto en común un estado permanente de reflexión, – no resguardada bajo llave en ninguna cajita oscura, sino cantada in your face con una sonrisa en los labios.