Los Shakers volvieron para revivir el éxito interrumpido en la década del sesenta. La crónica Nelson Fernández, desde Montevideo, para La Nación.
No volvieron para «romper todo», sino para hacer lo que más les gusta: música. No hubo jóvenes que saltaran ni pibes que bailaran abrazados, sino público entusiasmado y disfrutando correctamente sentados en la platea.
Estaban los que los habían visto hace casi 40 años y los que soñaron verlos algún día. El regreso de Los Shakers fue anteanoche, en el Teatro de Verano del Parque Rodó montevideano, rodeado de canteras y palmeras. Volvieron para cantar los viejos temas, incluso aquellos que muchos pensaban que eran de Los Beatles y no de este cuarteto de uruguayos que a mitad de los años sesenta triunfó en Buenos Aires y se separó en medio del éxito. Pero también volvieron para presentar su nuevo disco, ya lejos de la banda de Liverpool que los marcó en su juventud.
Costaba creer lo que se estaba viendo: mientras en una pantalla gigante se recreaban las viejas imágenes sesentistas de aquellos muchachos de flequillo, en el escenario estaban ellos: Hugo Fattoruso como vocalista y en los teclados, su hermano Osvaldo en guitarra rítmica y en percusión, Juan Capobianco («Pelín»), en bajo y bandoneón y Carlos Vila («Caio») en la batería. Los Fattoruso son una institución en la música uruguaya, Los Shakers, una leyenda. Y uno estaba convencido de que sería imposible poder verlos tocar algún día.
La calidad de los músicos permitió que no influyeran algunos problemas de sonido y que no pesara el frío de una noche de verano.
¿Beat? ¿Rock? ¿Qué es lo que hace esta banda que cruzó mensajes de Montevideo a Brasil y a Venezuela para juntarse este año y reaparecer en un escenario y en un estudio de grabación? La respuesta es: música de buena calidad, con una mezcla de beat, candombe, tango, jazz, bossa nova y hasta ritmos usados por las viejas troupes del carnaval montevideano de los años 50.
La estructura del concierto fue acertada, porque alternó temas de aquellos gloriosos años como «Nena baila Shake», «Demasiado tarde», «Siempre tu», «El niño y yo», con los del nuevo disco que hoy se pone a la venta.
«Volcanes», con letra de Hugo y música de «Pelín», fue uno de los mejor recibidos por el público. Un punto fuerte fue el espacio dedicado a los homenajes, que comenzó con un solo de bandoneón de «Pelín» con temas de Astor Piazzolla. Luego siguieron con «Every Little Thing», de «un grupo que inspiró a mucha gente», según dijo Hugo Fattoruso para referirse a The Beatles.
Los homenajes del martes siguieron con «Si lo supiera mamá», del «Loro» Collazo (el Teatro de Verano lleva su nombre), que cantaba la Troupe Ateniense; «De nosotros dos», de Eduardo Mateo; «La Rada», del popular Rubén Rada, y «Entonces», de Jaime Roos. El final fue con una trilogía muy recordada: «BBB Band», «Never, never» y «Rompan todo».
La platea, con gente de muchas canas o «peladas de obispo», se puso de pie y con un extenso aplauso pidió más. Y Los Shakers, sonrientes, emocionados, volvieron. Con temas de antes, como la legendaria «Conferencia secreta», aquella del «Toto´s Bar». Y uno que se pellizcaba, porque era cierto que Los Shakers estaban de nuevo sobre un escenario.