Las Manos de Filippi y Un Kuartito encabezaron un show contra la guerra en Irak.
El viernes 18 se llevó a cabo un festival de rock para denunciar y refrescar las matanzas que se están llevando a cabo en Irak por parte de la coalición de Bush, Blair y compañía. Cinco bandas con-alto-compromiso-social pasaron por las tablas frente a unos mil quinientos jóvenes que disfrutaron de un buen espectáculo. Uno se pregunta ¿qué tendrá que ver la música con un problema de las magnitudes de la invasión americana a Irak? Y uno se responde:
Primero, un artista no puede abstraerse de estos conflictos, tan feroces y mediáticos (el inminente nuevo disco de Skay incluirá una canción titulada «Lluvia sobre Bagdad», que no necesitan que les diga sobre qué trata). Segundo: Sandro una vez dijo que el no creía que ninguna canción haya cambiado el mundo. Creo que el veterano no sabe apreciar ni sus propios atributos. Justo él, pionero de una cultura tan rica como la de la música de rock en Argentina, no puede decir eso. El mundo se transformó mucho a partir de los Beatles, Stones, Dylan, Bowie, Zappa, Sex Pistols o los Clash. Argentina no sería la igual sin Charly, Luca, Spinetta, Calamaro o Solari-Beilinson. Que Las Manos, Un Kuartito, Las Plantas de Shiva y Ciudavitecos compartan un discurso descreído y sensible a los atropellos de los grandes represores de nuestra época es saludable para el lugar de la conciencia social que ocupan dentro del universo del rock argentino. Tercero: las espeluznantes fotografías proyectadas a un costado del escenario dejaban en claro que ese tipo de aberraciones deben condenarse. Y a pesar de que ninguna acción directa puede ser provocada desde este rincón del mundo, pensar en las calamidades provocadas por el Hitler del 2000 & Los Nuevos Amos de la Guerra nos baja un poco de la nube de pedos. Y no precisamente por hacernos olvidar de que los argentinos también tenemos nuestra propia crisis (pero al lado de la de ellos, Argentina 2004 es Harry Potter). Las letras de estos grupos son antídotos contra la indeferencia ante los aspectos más nefastos del capitalismo: acentuación de la pobreza, corrupción política, represión policial, marginación racial y prohibiciones sobre la libertad de consumo (entre otras maravillas del mundo occidental, cristiano y civilizado). En sí, fue una buena iniciativa.
En lo estrictamente artístico, todo empezó alrededor de las nueve de la noche tras la actuación de un grupo de teatro. Cuando los integrantes de Ciudavitecos pasaron por el escenario mostraron un hip-hop furioso y cadencioso, cantado a tres voces cuál Beastie Boys de La Matanza o Cypress Hill del Conurbano. Las letras son laaaaargas y elementales, pero concientes. Tienen una sólida base integrada por cuatro instrumentistas con buena rítmica. Cuando logran hacer que cada composición represente una identidad propia resultan explosivos.
Las Plantas de Shiva es uno de los secretos mejor guardados del rock argentino. Grabaron un par de temas en un compilado legendario llamado Alta Tensión (1996) donde debutaron Actitud Maria Marta (con una polémica foto de la Junta Militar bajo un sorete) y Las Manos de Filippi (grabaron «La Cumbia del Cucumelo»). El hecho es que la banda no anuncia mucho las fechas en las que toca (o toca muy poco) y, hasta donde se sebe, nunca más distribuyeron ninguna grabación. Dieron un show aceptable, pero el cantante no estaba en uno de sus mejores noches y discutió con el público por boludeces. Tocaron una muy buena canción en francés. El resto se debatía en algo de ska, reaggae y hip-rock.
Un Kuartito también osciló en los mismos sonidos urbanos en clave afro. Incluyeron un narco-corrido muy ingenioso y durante su presentación hubo varios cambios de formación tipo guitarrista x batero, etc (comparten integrantes con Las Plantas).
Cerca de la una de la mañana empezaron a estallar bombas de estruendo y fuegos de artificio sobre la plaza Houssay. La tormenta de fuego y luces abrió paso a las enérgicas canciones de Las Manos de Filippi. Primero cantaron eso de «los mejores, los únicos/ los métodos piqueteros» sobre un escenario asegurado por cinco muchachos del Polo Obrero. Frente a un público integrado por muchos fieles que se sabían las canciones, se dedicaron a hacer un recital con temas de sus dos discos. No faltaron las que no tenían que faltar: «Ballenas» (con línea de saxo del «Reggae de amor y paz») , «Cutral-Có», «Droop», «Un lugar donde hay más» y «Sr Cobranza». Antes de terminar el show, un dirigente de la FUBA dio un discurso explicando la postura frente a la invasión americana a Irak y demás cuestiones acerca de estos psicópatas que hoy son los gobernantes más importantes de la tierra. Quedó la sensación de que cada vez falta menos para que el lunático de turno decida apretar el botón rojo y que empiece el más grande show de fuegos artificiales de la historia.