Cautivante. Ese es el rótulo indicado para definir el espectáculo presentado por Charly García en el estadio Luna Park ante una platea colmada.
Con la cuidada producción que caracteriza todos los espectáculos que tienen al tecladista como protagonista, el show transitó por los mágicos caminos del fervor y la entrega total. Durante cerca de una hora y media, García y su brillante banda sedujeron a la audiencia hasta llevarla al éxtasis total.
Desde el mismo momento en que comenzaron a sonar los primeros acordes de «Yendo de la cama al living», una gran energía se adueñó del ambiente. Con un sonido excelente y una iluminación perfecta, García realizó un show compacto, sin fisuras ni caídas de tensión. Graduando los climas con acierto, el tecladista interpretó íntegramente el material de «Clics modernos» y parte de «Yendo de la cama al living». Promediando el recital realizó un breve viaje al pasado para rescatar del arcón de los recuerdos algunas viejas composiciones como «Necesito» y «Peperina». Junto a la banda tocó «Canción para mi muerte» con un renovado y arrasador arreglo. El grupo que secundó a García cumplió un papel sencillamente soberbio. Precisos, seguros y compenetrados, los siete músicos se destacaron durante todo el concierto. Particularmente sobresaliente resultó el trabajo de la base rítmica.
Es realmente difícil encontrar calificativos para músicos de la talla del baterista Willy Iturri, el bajista Alfredo Toth y el guitarrista Pablo Guyot porque siempre se corre el riesgo de quedarse corto. Estos tres músicos no sólo se tocan todo sino que además tienen un sonido personal y moderno que pusieron al servicio de García sin mezquindades. En la mitad del concierto, G.I.T. interpretó -a modo de adelanto de su próximo álbum— el tema «Aire de todos», incluido en el simple de difusión que recientemente editaron.
El resto de los músicos de la banda no desentonó en absoluto. Los saxofonistas Gonzo y Daniel Melingo tuvieron su parte más lucida en el nuevo material, en tanto que Fito Páez sobresalió en las bases más densas con sus orquestaciones. Fabiana Cantilo, por su parte, secundó bien a García en las partes vocales y centralizó toda la dinámica escénica. El espectáculo ofrecido en el Luna Park fue uno de los mejores del año tanto en música como en sonido e iluminación. Todo estuvo dado para que el tecladista presentara «Clics modernos» en un nivel de jerarquía idéntico al que tiene el nuevo material.