Los Jóvenes Pordioseros mostraron su creciente popularidad para los puntanos, en un combo que incluía fiesta electrónica y strippers…
Más de un rolinga se sorprendería si le dijéramos que Jóvenes Pordioseros tocó incluido en un paquete que incluía además una fiesta electrónica, un show de strippers y otro de las diablitas. Sí, así se promocionó el recital de los Jóvenes en San Luis.
Después de una buena gira por el norte y de llenar Obras, llegaba una de las bandas con mayor empuje de los últimos años. El lugar de concentración para el encuentro de JP era un ex boliche a la vera de la ruta nacional numero 7. Antes había que hacerle el aguante a las bandas nuevas del palo, como La Criolla, La Estanciero y Amateurs, oriundas de San Luis.
El lugar explotó con la presencia de Jóvenes Pordioseros y obviamente la tribu stone puntana siguió con sus coros todas las canciones. Hubo lugar para el homenaje a sus majestades satánicas a través de Satisfaction. Las banderas flamearon al compás de los himnos, las palmas acompañaron al estribillo y Toti logró que las chicas se desinhibieran, gritaran (y tiraran) de todo.
En «Gadget», Toti tocó la armónica al filo del escenario y luego se bajó hacia la gente. Catu, uno de los técnicos, se sumó con una guitarra en «Yo quiero tocar rock and roll». Dejaron un lugar para un riff mirandesco (el solo de «Don», el de Lolo), en un chiste interno. Puro y duro rock en «105 y 3», nacido en una prueba de sonido.
Hubo un momento para el corazón con No me trates así, Isabel fue la intro para Descontrolado, cuando el pogo se armó a pleno. Tan furioso que Toti los paró: «Eh, que venimos a divertirnos». La base rítmica de Sikus y Chori demolió los cimientos del lugar. La despedida fue con «No la quiero dejar».
Así terminó el ritual stone en San Luis con la promesa de reencuentro. Pasaron los Jóvenes Pordioseros, y los que habían comprado el combo de entradas, les aguardaba la fiesta electrónica y strippers y diablitas… Y sí, no todo es rock and roll para los organizadores.