Raúl Porchetto en vivo en Barrancas de Belgrano. Retomando una positivo propuesta puesta en practica con gran éxito a comienzos del ’84 (y posteriormente sacada de circulación sin demasiadas explicaciones), la Municipalidad porteña comenzó a organizar nuevamente conciertos de música popular en Barrancas de Belgrano.
La apertura del ciclo ’85 estuvo a cargo de Raúl Porchetto, quien realizó una versión sintetizada de sus recientes actuaciones en el teatro Coliseo, ante una verdadera multitud. Porchetto y su grupo se presentaron dos días seguidos con resultados marcadamente diferentes. Si bien en ambas noches el público respondió positivamente, los defectos sonoros de la primer función fueron subsanados para la se gunda y entonces el saldo musical de éste fue infinitamente super’
De acuerdo a los cálculos oficiales, el sábado (dia pico en cuanto a concurrencia de público) la audiencia oscilaba las quince mil personas. Y como es habitual en todas sus presentaciones. Porchetto se ganó la adhesión de la multitud desde los primeros acordes. El mercedino presentó varias de las canciones de «El mundo puede mejorar» («Cambia tu corazón», «Cuando un hombre ama a una mujer», «Toda una mujer», «El mundo. . .») provocando el inmediato fervor del público, hecho que ratifica el éxito que está teniendo el álbum.. También repasó la mayoría de sus principales éxitos («Sentado en el umbral de Dios», «Algo de paz», «Por honor y gloria», «Chicos de la calle», «Reina madre», «El poder del universo». «Che pibe, vení vota», «No sé si entendés» y «Reina Madre») y dejó un espacio para que Babú Cervino interpretara su «Todos los días Dios».
Con un buen despliegue escénico, el grupo de Porchetto cumplió su parte brillantemente, con una base sumamente compacta de Fernando Marrone (bateria) y Sirso Iseas (bajo), una guitarra llena de virtuosismo (Alambre González) y un teclado rico y armónico (Babu Cervino). Porchetto no estuvo al cien por cien de sus posibilidades vocales debido a una molesta disfonia. pero igualmente se entregó por entero. Es evidente que su ascendiente sobre la gente es cada vez mayor y que su público no tiene limite de edad. Asi. pudo observarse abuelos haciendo palmas en tusiasmados mientras las ado lescentes gritaban histéricas. El balance final del inicio del ciclo de conciertos gratuitos arroja un saldo sumamente positivo por tres razo nes. Por un lado se ratifico que el interés del público por el rock permanece intacto y que si los teatros no se lle nan es sólo por un factor de indole económico. En segundo lugar, se demostró que puede haber reuniones masivas sin que la violencia haga ver su garra siniestra. Por ultimo, quedo bien en claro que Porchetto es uno de los artistas de mayor poder de convocatoria y que su éxito no es en absoluto casual su música tiene todos los ingredientes necesarios para gustar. Y gusta.
Néstor Freije