Por años tuvimos que soportar a nuestros mayores exclamar la expresión «La juventud está perdida». A medida que pasan los años vamos creciendo y dándonos cuenta de que podemos comprender ésta frase y que, muchas veces, estamos a favor de ella. Pero nos preguntamos… cómo hicimos para llegar a esa postura?
Muchos de los nacidos a fines de los años ’70s transitaron una vida en que la TV proyectaban series como «V invasión extraterrestre», donde los villanos de la serie resultarían inofensivos para cualquier adolescente de la actual cultura download.
Podemos hacer más memoria y recordar éxitos del cine de los ochentas como «Volver al futuro». En esta película Michael J. Fox interpreta, un chico de avanzada que toma la guitarra e interpreta «Johnny B. Goode», un tema del rock clásico, para ponerle onda a una escena. Siendo este el tema en el que está basado «Johnny Botón».
Puede resultar paradójico, pero parece ser que la generación que creció con el Italpark no es ni más ni menos que la generación de músicos que hoy en día hace estallar al ex Teatro de Colegiales un sábado a la noche.
Seguramente el público de Villanos ni siquiera tuvo la noción de que la musicalización previa a que sus anti-héroes salieran a tocar, era la cortina musical de «Función privada», un programa transmitido por ATC a principios de los ’80s. Esto y demás elementos incorporados al año del revival, en el que la última moda es la reunión de bandas legendarias acreedoras de temas que en algún momento fueron retro. Villanos no se queda atrás y le agrega su cuota de contemporaneidad al asunto, presentando «Contacto», un disco con un mensaje claro: el combo monitor + msn + sms produce alienación.
En la primera mitad del show se interpretaron temas del disco en cuestión, el público la generación x en este caso, hizo explosión en el hit «Contacto» y en el cover «Me he quedado sólo».
A lo largo de la noche invitados como Frankie Langdon, integrante de Don Adams y otros como Camilo, un periodista de la farándula (¡Si, Camilo!) mostraran sus dotes de cantantes provocando efervescencia en la tribu villana.
Algunos detalles de la noche hicieron que Niko, un Elvis Presley Reloaded que parece haberse escapado de alguna historieta, perdiera la líne y sacara todo, dejando cuerpo y alma en el escenario, mostrando mayor madurez musical (bueno y de la otra también) que en otros shows. Los popurris brillaron por su presencia, colándose una estrofa de «La Isla Bonita» o «Hound Dog».
En cuanto a la estética, se puede comparar específicamente el disco «Contacto» con el Arte Óptico (Op Art). Seguramente el diseño de Villanos no fue conciente de estar reproduciendo un óleo de Vasarely, fundador del Op Art, en el cual las líneas paralelas generan un efecto en la retina tal, que da una sensación de profundidad. Además la utilización de dos colores, en este caso rojo y negro, colores contrastantes que es algo muy característico de este movimiento artístico. La finalidad de esta manifestación artística abstracta, pretende mostrar objetivamente una figura determinada y no deja lugar a distintas interpretaciones. Lo mismo pasa con la obra de Villanos. «Contacto» pretende mostrar intencionalmente la realidad social en que estamos inmersos a causa del avance tecnológico y no hay muchos mensajes encriptados para descifrar, o alguna lírica ricotera que haya que desentrañar. Aquí el mensaje es concreto.
También se destacó el vestuario. Una buena combinación de ideas innovadoras se sumaron a la vieja fórmula de la habitual remera de preso, que data de «Jailhouse Rock», una película grabada por Elvis en los ’50s. También la usual remera de calavera del cantante, que hace alusión al comic al que parece ser muy afecto «The Punisher». Este logo es posteriormente rescatado por Matt Groening para uno de sus personajes de The Simpsons: Jimbo Jones, un villano de look ramonero, quien se ufana de intimidar a Bart, pero que algún que otro capítulo lo vimos estremecerse de emoción. Porque, como todos sabemos, los villanos la pasan bien pero también sufren.
Para los bises llegaron «Sale caro», «Sacate todo», «Sin mi» y algunos enganchados como «El señor de Galilea» y «Putas».
Aproximadamente a la Hora Cero, Villanos ya había puesto todo en el escenario mientras se despedían, quedando desperdigadas más de un alma en llamas. Pero no se preocupen: Villanos va a volver. Porque si hay algo que comprobamos este año, es que lo bueno vuelve.