Según un tipo de medicina holística milenaria hindú (ayurveda), Ojas es una de las tres fuerzas que regulan las funciones de la vida. Este término fue el que eligió para bautizarse el septeto del oeste. Naranja, el primer larga duración del grupo luego de dos auspiciosos EPs, es un disco de canciones enérgicas y concisas como globulitos homeopáticos, separadas por breves fragmentos instrumentales que combinan percusiones tribales enrarecidas, sonidos de ambientes silvestres y bases electrónicas.
En “Giratoria” —un tema que habrás escuchado en algunas radios— hablan de “olvidar lo que sobra”, y eso parece definir el sonido compacto de la banda: cada instrumento está rubricado secamente de modo que sólo quede su potencia. Los riffs son puntiagudos (sobre todo el de “Hablo de vos”) y las bases, tan duras como elásticas. El disco fue producido por la propia banda junto a Pablo Romero; no es raro, entonces, que suene un poco como Arbol, pero mucho más new age. En las letras se insiste tanto en revelaciones, en buscar el propio mundo y en los enigmas de la vida, que parecen salidas de la revista Uno Mismo, lo que por momentos consigue debilitar la empatía inmediata que provoca la frescura de sus sonidos.