Te ves asombrado, campeón, fugás por tus ojos.
Te quema el frío del tiempo y quiebra el corazón…
Se llena de noche el jardín que te prometieron,
la hoguera comienza a chispear burlando tu suerte…
Te regalás otra vez un viaje al silencio,
oyendo atrás de la pared un murmullo de fiesta,
y en ese refugio buscás mimar tus dolores,
esquivando balas que son un seguro entierro… otra vez no!
Condena el muerto su apagada voz,
y le deforma la cara al recuerdo.
Hoy baila el muerto en su apagada voz
sobre baldosas que se van hundiendo.
A veces te preguntás: qué estás haciendo…
Si sos un fantasma más en este teatro de espejos…