Estoy desarmado.
Desde que dejé tu cuerpo, anoche,
me siento sin prestigio.
Estoy puro como la sal.
Desde que dejé tus impurezas estoy condenado
a ser un hombre fiel.
Estoy parado en la Navidad
en el centro de la ciudad
no tengo nada, ni rutinas ni palabras
que me calmen el dolor.
Hace casi un mes que no escribo una línea
y tu cuerpo sigue hermoso.
Voy a escribir un manifiesto
para declarar que tu sonrisa es de vanguardia.
Sonrisa celestial
que me hace tanto mal
es más linda que los cuadros del Museo Nacional.
Tu sonrisa de vanguardia.
Tus caderas mi negrita, corazón, de vanguardia.