Volar para no volver
a los truncos trenes.
Creer para ser,
y así…
te ramificaste sobre
tus paredes.
Santa Rita fue tu luz…
Llevás un ángel rubio sobre el hombro,
tan ingenuo que atemorizó tus demonios.
Cacique en cualquier bando que integres,
el gran golpe siempre persiguió tu frente.
Santa Rita fue tu luz…
Un cuadro fue un suspiro,
cuando ya estabas vacío para ser.
Entre prosas contagiaste,
tipos duros, y hay barrotes que no ves…
te elevás y no los ves.
Las mil vidas que corren a tu favor
son la medida de un paraíso real.
Un abrazo es más abrazo
cuando se sabe del frío del asfalto,
y un baldío como mar.
Tiros, fuegos, vuelos,
una niña por delante.
La vulgaridad no es de los viajantes.
De vivir surge tu arte…
mientras otros se secan en su sostén,
vos modificás la ley.