Se va la vida…
se va y no vuelve.
Escuchá este consejo;
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Se va, pebeta,
¿quién la detiene?
!si ni Dios la sujeta!,
lo mejor es gozar y largar
las penas a rodar.
Yo quiero,
muchacha,
que al fin mostrés la hilacha
y al mishio
recuerdo
le des un golpe de hacha.
Decí, pa qué queres
llorar un amor
y morir, tal vez,
de desesperanza.
No regués la flor
de un sueño infeliz
porque, a lo mejor,
la suerte te alcanza
si te decidís.
Se va la vida…
se va y no vuelve,
escuchá este consejo;
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Pasan los días,
pasan los años,
y es fugaz la alegría,
no pensés en dolor ni en virtud,
viví tu juventud.