Yo soy un fanático de los Chicago Bulls,
juego siempre al básquet y no hago foul.
Entreno todo el día con pelotas naranjas,
practico puntería y no hago canasta.
Me hice abonado a la tevé por cable,
quiero aprender a jugar al básquet.
No veo HBO, CNN o Space:
sintonizo todo el día la ESPN.
Bota, bota, bota, bota;
bota, bota la pelota.
Bota, bota, bota, bota;
los morochos saltan
y el balón rebota.
Ya no me interesa cómo juega Boca,
si está para campeón o si huele a bosta.
El fútbol cinco para mí es poca cosa,
cambié la camiseta por una musculosa.
Tengo mi campera extra-large y brillante,
mi gorrita bordada con visera adelante;
colgué la guitarrita y me compré un sampler:
ya no soy rockero, ahora soy un rapper.
Bota, bota…
Tengo buzo estampado, tengo mi capucha,
tengo mis botitas y tengo mis bermudas.
Canto y bailo rap del militante:
repetir malas palabras es lo importante.
Nunca fui muy negro pero imagino
que el racismo es cosa de cochinos.
Sé que no está bien discriminar a nadie,
deberíamos todos disfrutar del básquet.
Rap y básquet,
básquet y rap,
yo quisiera ser negro
porque el blanco ya no da.
Rap, rap, rap, rap, rap,
the music of the blacks.
I love the rap,
I love the blacks,
I laverap, etcétera…