Pobre corazón, las exigencias cotidianas, marcapasos por la senda del dolor,
y se detiene el sol. De la hebilla al cinturón nació nuestro amor.
Quiero que despiertes conmigo, que termines mi sueño asesino y no me dejes nunca.
Pálida y fría te verán pasar, enfurecida en la velocidad de la calle.
Volarán perlas a tu alrededor, como latidos para un corazón que no late.
Breve historia de los átomos de luz.