Organito, triste instrumento del poblacho
Te lleva un viejo y un muchacho, piden
limosna por Dios.
Vos que fuiste la alegría de otras farras,
Amigo de la guitarra, hermano del acordeón;
Vos, que ahogaste, con tus notas lastimeras,
Más de un lío por polleras,
En los bailes del cordón,
Hoy te alejas de tu humilde canto al son,
Como sintiendo vergüenza del triunfante bandoneón.
Alma de la noche triste
En tu gangoso cantar
Hay recuerdos del pasado
En las farras del talar.
Hoy los que fuimos contigo
Compañeros de verbena,
Con mujeres, con amigos,
Te miramos con pena al pasar.
Organito, tú que viniste de inmigrante
Con un gringo musicante
Y un monito bailarín,
Cierto día que tallar alto supiste
Y en la milonga pusiste unas notas de color.
Y fue entonces que tu canto callejero
Tembló en más de entrevero de aquel malevaje en flor,
Que, más tarde, desafiara tu emoción
Ante el sonoro abanico
Del triunfante bandoneón.