Preguntó a la llanura
y la brisa lo estimula para desandar
tanta inmensidad.
No le teme a las alturas
y en la espalda disimula sus alas de sal,
para despegar
no necesita más.
Uno, dos, tres, mil intentos
que lo alejan del desierto y la electricidad,
no descansará.
Deja atrás el pavimento
olvidando el furor de la velocidad,
para respirar
no necesita más.
Preguntó a la llanura
y la brisa lo estimula para desandar
sin pensar,
no necesita,
no necesita
más.