Desde aquella noche en que se fue en ese último bondi,
No dejás de pensar en la parada que nunca existió.
Vivir tan cerca de la avenida al fin le salió caro,
Metió la cola el diablo y tu vida se desbarrancó.
Pensás que llovía, pero era tu propio sudor frío.
En el ambiente mataba la humedad.
Ahora en tu cuarto gobiernan sólo sombras,
Hay una puerta, pero esta tapada por la oscuridad.
Y no sabés como calmar este dolor
Y no podés irte de tu vida
No comprendés lo que dice esa maldita voz interior,
Pero creés que todo fue mentira.
La verdad es que te engañas una y otra vez,
Querés creer lo que todos ya dijeron que no ocurrió.
No había luz roja iluminando pero tu mente estaba en blanco.
Tu viejo amigo, el bondi, no obedeció y aceleró.