Miro abajo por no pisar los pies de otros y no te veo salir junto a mí.
Vas tras mío como esa vez que dijiste te amo y siempre te amé.
Y nunca más, nunca más, nunca más encontré tu voz,
tu aliento en mi cara, te perdí, me empujaron y empujé.
El tiempo blanqueó la pared. Todos alisamos la pared.
Pero aparece de vuelta.
Tus manos en mis ojos, tus tetas en mi espalda,
mis preguntas, tus preguntas, los dos
¿que adonde sopló ese viento?, ¿que adónde se fue la gente?,
y… ¿quién es el dueño de acá?
No es verdad que la otra calle es igual a la otra calle
Abro las persianas un poco, hago tiempo a que te despiertes
en los sillones, la ropa de ayer
¿que adonde sopló ese viento?, ¿que adónde se fue la gente?,
y ¿quién es el dueño acá?
No es verdad que la otra calle es igual a la otra calle