No te cubras el rostro ya,
y no me des la espalda.
Esta vez tendré que improvisar,
sobre la marcha…
No te dejes asustar,
es solo una tormenta
la que nos acecha.
Ya tus ojos no hipnotizan mas,
en que cambiaste…
Ya no brillan en la oscuridad
porque los empañaste.
Ya tu cuerpo no me es familiar,
ni tu forma de mirarme,
tampoco tu forma de pensar.
Son tus ideas mal formadas,
que te pudren la cabeza…
Son tus ideas mal formadas,
que te pudren la cabeza…
En la avenida,
la noche llega al fin…
y cuando el día comienza, comprendo,
que era todo mentira,
nunca estuviste allí.