Las luces da la mañana lastimarán mis ojos una vez más.
El alma de mi tiempo hará correr la arena de mi corazón.
Ella se despertará y caminará por la casa y como siempre me robará el sueño, como hace un tiempo se llevó de mí el dolor.
Al rato habrá sonidos nuevos y más canciones que no escribiré por hoy.
También escucharé sus pasos y las palabras del aire para los dos.
Y en un cielo de cristal de hielo tal vez hasta sople el viento.
Y en el agua del azul eterno asomen soles que abracen sólo mi voz.