Solo con una llamada comenzó.
Solo con un beso, terminó.
Mirando hacia el techo desde tu colchón
sabiendo que la hora terminó.
Hoteles de fuego.
No hay salida,
ni al cielo ni al mar.
Entre tus sábanas encontré un gran reloj
marca las culpas a la hora de las dos.
Mirando desde el techo hacia tu colchón
sabiendo que la hora terminó.
Hoteles de fuego.
No hay salida,
ni al cielo ni al mar.