Pude ver tu sonrisa,
Pude ver cuanto disfrutabas viéndolo sufrir.
Sabes bien lo que duele,
Sabes bien lo que hace que los hombres se maten entre sí.
Y no hay nadie que apague el dolor de mi encierro,
Casi nadie querrá meterse en el medio.
A nombre de Dios recibes el vuelto,
Abrázame y sácame hasta los huesos.
Y no hay nadie, y no hay nadie aquí.
Levité y me hice brisa,
Evité que la fobia sacara sus armas dentro de mí.
Percibí la caricia
Y arranqué con un cuatro muy por encima de lo que fui.
Y sigue…
Sigue sin haber nadie que apague el dolor de mi encierro,
Casi, casi nadie querrá meterse en el medio.
A nombre de Dios recibes el vuelto,
Abrázame y sácame hasta los huesos.
Y no hay nadie, y no hay nadie aquí,
Y no hay nadie, y no hay nadie aquí…
No, nunca hay nadie aquí.