Hoy el visitante se alejó en el primer tren,
y ella en la estación.
Tanto estuvo despidiéndose que no aprendió
a decir adiós.
Ah, ah, ah, ah, ah, ah…
Es un laberinto de certezas puras.
¿Como hará para escapar?
Ya cruzó las puertas protegidas por el guardia
que mintió y creyó.
Nunca la mentira hará llegar
tu alma al centro del amor,
nunca el horizonte acercará a tus ojos
el espejo en que al final te reflejarás.
Alguien, en el norte, deposita su alma entera
en un banco de penas.
Para elevar su fortaleza va saqueando
piedras de su hogar.
Nunca el tren regresará al pasado,
vivirás sin él.
Nunca una certeza, habrá,
que mate la intuición.
Ni un palacio en tu honor
es el viaje, no,
ni mentira ni traición,
despertar hoy.
Uh, uh, uh, uh…