Vos sabés que existe el bien,
vos sabés que existe el mal,
están los que aman,
están los que odian.
La vida te transporta
por el barro y el pavimento,
y en eso nadie es quién para juzgar.
Parece tarde, imposible,
tortuoso, e irremediable.
Puede ser ahora y viable.
Podría haber sido mejor,
podría haber sido excepcional,
y en esto nadie es quién para juzgar.
El tiempo reclama las secuelas
de un cuerpo, cual tren desenfrenado…
Gastando las vías.