Después de tantos kilómetros
estalla el prisma de los colores
moviéndose a compás
como destellos en un cristal
las fugaces luces de los autos de la ciudad
como si fueran un leve ensueño nos contornean
y a rutilantes vidrios de luz
quedan reducidas
más allá de las luces de neón
que se despliegan del pavimento y brillan
combinándose entre sí
de mil maneras diversas
observo que el vértigo amarillo
a su ves también nos contornea
a rutilantes vidrios de luz
quedan reducidas
son como fotogramas
moviéndose a compás
como destellos
en un cristal