El cielo está en el centro de la tierra,
los ojos abiertos hacia adelante,
ningún punto de referencia.
Otra vez el mismo laberinto
que devuelvan las palabras
las horas frescas, las hojas blancas
y las mañanas distintas
Tengo que seguir tranquilo
contar las hojas secas del suelo.
Mirarte fría mientras corres.
Y el cielo sigue estando
en el centro de la tierra
y es tan profundo
que se abre.
Hice las pases con mi ego
pensé que había mas detrás de todo
y todo siempre fue la nada.
Siempre que fallé volví a intentar
entendí que el espacio no es espacio
cuando en el centro estas vacío.