Era piedra fría en el pecho
hoy deshiela desde mi cara
trajinando en el trecho
que llega al suelo
que yo pisaba
Desde afuera la luz se empaña,
caleidoscopeando mis ojos,
y dentro un pulsar que crece me vuelve
el corazón más rojo.
Vuelan las anclas de este cuerpo.
Triste barco que está por partir
Viento que sopla al cielo cubierto
lleva las nubes de mí
Por esta vez
no estarán
callados los sentidos,
y esa pena que me encerró ya se irá
como un día ha venido
En los charcos del pensamiento
se reflejan viejas canciones,
las que se iban muriendo
cuando pasaban las estaciones.
Vuelan las anclas de este cuerpo.
Triste barco que está por partir
Viento que sopla al cielo cubierto
lleva las nubes de mí