Lo que iba a ser un gas,
de pronto vino con alguien más,
¡un pañal!. Ni ver ni escuchar,
aromas tibios del más allá, fricción estomacal.
¡No!, la situación se desbordó. ¡No!, a escapar.
Es algo muy normal, un estornudo puede ayudar,
a descargar. Una detonación, un estruendoso volcán
de olor.
No importa el lugar, no me obedece.
Solo puedo resignar. Y si no puedo luchar,
solo me queda disfrutar