El no tenía más de dieciséis
y ya era conocido viejo de la ley.
Su compañera era una niña de familia bien
que aburrida de su vida vio una salida en el.
Ella lo amaba y el también, de manera extraña,
los dos sabían el final.
Y no, nunca tuvieron opción.
Una vida sin acción, dijeron, no es vivir.
Fue en una noche fría, Santa Lucia ardía,
todos estaban en la calle y vieron cuando venían.
Cinco patrulleros son demasiada policía,
incluso para el.
El la miro y dijo: «amor no te preocupes, no.
el mensaje es resistir».
Y no, nunca tuvieron opción.
Una vida sin acción, dijeron, no es vivir.