Salió a caminar temprano
un día claro sin sol,
luego desapareció y en el bosque se hundió.
Horas pasaron hasta que dio
con su tonto amor entre la niebla.
Dos más dos y algo no cierra.
Cruzaron hacia un descampado,
se fue el perfume a malvón
luego todo se enturbió y su ángel se alejó.
Tal vez fue un presentimiento de Dios.
Y su tonto amor mostró quien era,
era un cazador de ojos de piedra.
Luego nadie más la vio
y el bosque oscureció.
Era un día claro y sin sol
pero el cazador lo hizo de piedra.
Tonto amor entre la niebla.