A veces miro tu casa desde lo alto del cerro
y bajo por el sendero para robarte un «te quiero»
ojos color de tierra, yo quiero ser tu dueño
Humo del horno de barro trepa que trepa a las nubes,
lleva mi alma pa’arriba para soltarla y que sueñe
que puede volverse duende, y allá te encuentre.
Canto libre en la montaña no ha de perderse en el viento
canto del pobre que espera no han de poder acallar.
Bajá el domingo pa’l pueblo que yo te espero en la cruz,
y pa´saber si estás sola poné en tu pelo un «azul»
verde si tengo esperanzas y rojo si me amas tú.
El empedrao de tu calle brilla con la llovizna
y la ventisca te cala despacito los huesos,
por eso ofrezco mi poncho para taparnos los dos.
Canto libre en la montaña no ha de perderse en el viento
canto del pobre que espera no han de poder acallar.