Congeló sus días en ese día
Ella lo invocaba (era su Dios)
Si rifó sus ganas de ser Doncella,
fue porque «esa» treta la deslumbró
Había en su manga As de corazones
Abrió el juego y ella lo quemó
Juntó las manos, los ojos al cielo
Frotó su frente y luego partió
Sisi que danzaba entre bambalinas
Desangraba mi alma y yo sin chistar
Fui testigo mudo de su locura
Mordiendo de más (sin masticar)
El marchitaba sus sueños bohemios,
Se desgarraba en pasión fugaz
Historia de locura, de muerte
Ella me habita y ya no hablo más