No tengo alias ni seudónimo
no hay nadie que sea mi homónimo
no encuentran para mi un sinónimo.
Soy lo que llaman un anónimo.
Muy poco me interesa la estética,
ni la razón ni la dialéctica.
Hoy soy el rostro sin cosmético
de esta realidad patética.
Sé que ser como soy no es lo común
hoy todos quieren fama, ser el boom
les gusta que a su vida le hagan zoom.
Todo vale para estar en el run-rún.
Llamar la atención es su obsesión
aunque el cuarto de hora sea fugaz.
Prefiero profesar la autoaceptación
que buscar la aprobación de los demás.
Y atrás de mi perfil sin nombre
te ilumina esta paz
de no tener que hacer las cosas
sólo para figurar.
Pero al mirar todo de afuera
sólo espero que al final
no sea mala consejera
tanta soledad.
Parecería que ya es crónico
sufrir de un trastorno histriónico
en esta obra insulsa y frívola
todos quieren el protagónico.
Actuando en esa puesta escénica
con una trama maquiavélica
son como espíritus famélicos
en una búsqueda frenética.
Para trascender a como de fin
para ser la portada del magazine
lo daría todo por ese motín
robar la clave, hackear el pin.
Y entre tanta dramatización
lo que intentan es manipular
a los que tienen a su alrededor
y a los que no estamos en su radar.
Y atrás de mi perfil sin nombre
te ilumina esta paz
de no tener que hacer las cosas
sólo para figurar.
Pero al mirar todo de afuera
sólo espero que al final
no sea mala consejera
tanta soledad.
A salir que es hora de brillar.
A brillar que es hora de mentir.
A salir que es hora de brillar.
A brillar que es hora de mentir.
Y atrás de mi perfil sin nombre
te ilumina esta paz
de no tener que hacer las cosas
sólo para figurar.
Pero al mirar todo de afuera
sólo espero que al final
no sea mala consejera
tanta soledad.