Puedo ver a mis ángeles que ya estan aquí
y ahora puedo sentir así mis pies,
escapar del suelo para emprender
el placer de probar el fin…
Tras la sed de probar tu piel, creo comprender
que no puedo sin ti permanecer
y si das vuelta el rostro, serás mi andar.
Por favor, dame una señal…
sube despacio y de tan lejos se ve
la flor del rebaño, hoy me muestra su piel.
Y como late hoy este corazón
y esos ojos que ven,
esos ojos que calman mi sed una y otra vez
en un suave letargo, busqué (la quería ver)
y si esos ojos no estan ya no sé,
ya no sé que hacer…
Vení, te invito a escuchar
y a sentir como late…