Ahora no, ahora qué, ahora nada más… Perdí el color que me vistió, perdí mi espada… Traté de respirar, deshabitándome… Ya ves, hay un puñal, atravesándme… Ahora soy mi colección de despedidas, cerrar con llave el corazón preferiría… Traté de respirar, deshabitándome… Ya ves, hay un puñal, atravesándome… Y, bueno, así como me ven, fui víctima de lo que quise, amigo de mis lágrimas, cómplice de mi alma… sí, de mi alma, ésa que me desnuda por las noches y me viste por las mañanas, y me deja pensando… y ahora…? Traté de respirar, deshabitándome… Ya ves, hay un puñal, atravesándome… Sabés, pude alquilar pero, al final, compré…