Son tucumanos y estuvieron en Cosquín. La historia de una banda que obliga a mirar al Interior.
Representaron a Tucumán en el Cosquín Rock 2003 y se bajaron del escenario luego de una gran actuación. Fiel ejemplo del desarrollo del rock en su provincia, Karma Sudaca es una banda sin parámetros que la contengan: «Si bien es rock and roll, tratar de presumir con todos los ritmos».
La historia de esta banda se remonta a fines del año 1996, y Tony Molteni, voz del grupo, señala: «Empezamos en un recital juntándonos cuatro personas que tenían la misma inquietud musical y sentían la música de la misma manera. Creo que Karma Sudaca más que un estilo de música es algo pasional».
En su CD «Sangrando sueños» hacen un recorrido no sólo musical (incluye desde ritmos de chacareras hasta rock and roll), sino también social. «Era como que teníamos todo eso adentro y lo queríamos expresar de alguna manera», señaló Molteni y agregó: «Nos parecía que el rock es eso: es revolución, es lucha».
Luego de presentarse en muchos escenarios y bares del país, la banda sigue remando contra la corriente y la economía: «Nos matamos de hambre. Gracias a Dios la banda en estas cosas, discos, viajes, videos, se subvenciona sola. Pero para lo que es comer nosotros, de eso no, ni ahí», afirmó Tony, flamante profesor de matemáticas, quien aclaró: «La idea era juntar esas cuatro pasiones que iban para el mismo lado y ver que salía. Hubo una química muy linda, un entendimiento de la mirada, que en la música es fantástico. Y de ahí, proponernos quebrar barreras y llevar a nuestra música a todos lados que es lo que intentamos hacer».
La unión hace la fuerza, reza el viejo dicho, y ellos lo reivindican constantemente. Por medio de lo que denominan «intercambios», viajan bandas hacia Tucumán y ellos hacia donde viven esas bandas. «La idea es ir y venir. Allá en el norte se armó una cosa muy hermosa, con decirte que el último recital nuestro con Armando Flores (de Córdoba) hubo tres mil personas. Es muchísima gente. Y aparte de Karma hay muchas bandas que se están moviendo y haciendo buena música. Yo creo que el norte en cualquier momento tiene que explotar», dijo Tony.
Cosquín demostró el progreso de algunas de las bandas «en ascenso», como Carajo e Intoxicados, entre otros. Pero también sirvió para descubrir otras agrupaciones que están viendo la música desde una óptica diferente. «Yo creo que hay que ver mucho hacia el interior. Viajando con la banda vamos viendo como la música en el interior tiene mucha más identidad, el músico deja de pensar en números, en vender y piensa más en crear y en hacerse de abajo. Creo que es como creo que tiene que ser la música, tenés que aguantarte todas y seguir el camino más largo pero más seguro, el de ir paso a paso quebrando barreras, esquivando obstáculos… la música es una de cal y 1.353.250 de arena. Pero esas de cal te dan tantas pilas que te ayudan a superar las demás».
Sobre su actuación es Cosquín, el líder de la banda no disimuló su alegría y conformidad: «Ha sido increíble. Por ahí es la primera vez que te escucha y que te responda de esa manera, es un loro increíble. Creo que nos agarra en el mejor momento de la banda humanamente hablando, en el momento en que estamos más unidos y con más ganas de tocar y empujar hacia delante. Creo que eso se notó en el escenario, creo que ese es el secreto: subimos a un escenario y somos los seres humanos más felices sobre la tierra», y finalizó: «Si logras con esa felicidad hacer feliz a alguien más, ya está».