Desde Córdoba, esta banda busca grabar su primer disco y debutar en los grandes escenarios.
Con voz de Gabriel Costanzo, el ritmo de cuerdas de Martín Fabregues, Luciano Herrera (guitarras)y Eduardo Jalil (bajo), y el aporte de Martín Russo en la batería; Falsa Libertad sale a conquistar la noche cordobesa. La tarea no es fácil, el frío y la crisis golpean. Desde los reductos por donde el rock se esconde y se muestra, esta banda asoma la cabeza para que el que quiera oír, que oiga.
La banda tiene su origen a finales del año 1999, principio del 2000. Con una formación distinta a la presente, al grupo integrado por Costanzo, Herrera y Russo se incorpora, en septiembre del 2001, Eduardo Jalil en bajo. Comenzaron en colegios secundarios y fiestas particulares el transitar por el camino de la música y en los últimos meses están trabajando en la zona del ex abasto con bandas de mayor categoría que aquellas que los acompañaban en sus primeras presentaciones, destacándose el trabajo que realizan junto a Juan Terrenal, grupo de gran prestigio dentro del under cordobés. Tienen un disco editado que esperan poder sacar masivamente a la calle: se llama «Desplegando alas» y en él se ven plasmados los distintos matices de la banda.
Encontrar su lugar nunca le fue fácil a ninguna banda que se inicia, sin embargo ellos aseguran que ahora se han abierto más que antes, a pesar de la crisis, los sitios destinados al rock. «Hace un par de años estaba más difícil entrar a tocar a sesos lugares. Pero ahora han abierto las puertas otros donde hay siempre recitales y tocan más las bandas de Córdoba; vienen las bandas de Buenos Aires pero las de Córdoba pueden tocar mas seguido», aseguró Costanzo y aclaró: «Hay que ganarse el espacio. No se trata igual a una banda que toca por primera vez que a una que hace tiempo lo hace. Por ahora, recién estamos empezando a tocar en la zona del ex abasto y lo hacemos con Juan Terrenal, quizás se nos hace más fácil por eso. Lo que buscamos es la continuidad que antes no teníamos».
Con respecto al estilo de la banda señalan: «Nosotros no nos encasillamos en un estilo, porque si escuchas el disco encontrás diferentes cosas, por eso no podemos encasillarnos en uno». Lo que transmite Falsa Libertad es la fuerza de los temas y la banda, además las letras tienen su mensaje pero «hay que encontrárselo», dijo la voz del grupo mientras agregó: «Hay canciones con letras en doble sentido que tienen un buen lenguaje. Con el sonido esperamos que los temas estén más perfeccionados y trabajados, ya no se trata de tirar el tema como vino de origen sino ponerle cada uno lo suyo y que salga algo realmente bueno».
La crisis golpea pero también les hace un lugar. «Yo creo que el tema de la crisis nos tira abajo en el aspecto de todo lo que necesitamos para la banda y los instrumentos, porque los precios se fueron muy alto», dijo Eduardo Jalil, y agregó: «Sacamos el demo y lo difundimos poco ya que nos agarró todo esto. Los CD están mucho más caros y hacer las tapas nos sale mucha plata. El tema es que las bandas grandes de Buenos Aires salen de gira, y vienen a Córdoba con una entrada que cuesta $12 o $15; la gente que puede pagar eso no es la misma de antes. Eso nos abre un lugar a nosotros al estar tocando en la costanera por precios mucho más bajos».
Llegar al público, ser escuchados, vivir de la música, que los temas sean difundidos por las radios; parecen deseos aveces irrealizables. Las bandas apuestan muchas cosas, no sólo dinero sino también tiempo y esfuerzo para que su música suene de la mejor manera, sin embargo aveces todo ese empeño no alcanza. «La gente se tiene que dar cuenta de que hay bandas muy buenas acá, en Córdoba y eso depende mucho de la difusión de las radios» aseguró Costanzo, convencido de que todo cuesta. Jalil por su parte agregó: «Hacen buenos comentarios pero nunca te pasan un tema. Yo creo que falta que la gente le ponga un poco de pila a la cosa, que escuche más las bandas de acá. Aparte, la otra es que el fenómeno del cuarteto hace que la gente tenga más acostumbrado el oído a eso y no al rock», dejando al descubierto el que parece ser el enemigo público número uno del rock cordobés: el cuarteto.
Jalil finaliza: «Córdoba tiene buenas bandas que le ponen mucha pila y se juegan todo, porque acá nadie te ayuda. Tenés que ponerle el pecho solo a todo, eso cuesta un montón. Entre las bandas tratamos de ayudarnos, tocamos juntos para abaratar costos, organizamos eventos, todo para que la cosa sea más fácil. Pero igual creo que pasa por que la gente crea más en el rock de Córdoba. Nosotros nos hacemos conocer por cuenta propia, repartimos demos, vamos a las radios, pero falta mucha respuesta del otro lado».
A pesar de tener tanto en contra y de que el panorama para el rock y el arte en general sea cada vez más negro, ellos aseguran que «entre más te pegan, más te levantás». Quizás sea por esto que los sueños siguen intactos y la apuesta de cara al futuro se realice con fuerza: «Nos gustaría llegar a Cosquín. Estamos trabajando en temas nuevos con la idea de grabar un nuevo disco buscando entrar en el pre-Cosquín. El sueño de este año es pisar el gran escenario. Vamos a ver que pasa».
