Casi 50 años después, José Luis Fernández encabeza el retorno de este grupo con una formación que mantiene vivo su espíritu progresivo y experimental. Se presentarán en vivo en Niceto Club.
Después de casi 50 años, la música de La Máquina de Hacer Pájaros vuelve a sonar en vivo. Con una nueva formación liderada por José Luis Fernández, bajista original de la banda, el proyecto La Máquina de Hacer Pájaros x FMSV busca revivir el repertorio de uno de los grupos más innovadores del rock argentino de los años ‘70. Acompañado por Juanito Moro (batería), Guido Spina (teclado) y Matías Vega (bajo), Fernández asumió un nuevo rol como guitarrista y tomó la iniciativa de desempolvar aquellas canciones que marcaron una era.
El regreso, según cuentan, no fue planeado. Surgió de manera espontánea durante ensayos entre amigos, hasta que un día comenzaron a tocar temas de La Máquina y se dieron cuenta de que seguían sonando vigentes. “Hace medio siglo que esa música no se escuchaba, no se tocaba, y nos pareció piola revivirla”, explica Fernández en una entrevista con Marianel Battaglia. “Es un estilo que hoy no se escucha tanto, pero que sigue teniendo un público ávido por disfrutarlo en vivo”.
Para Juanito Moro, hijo del histórico baterista de la banda, el proceso fue completamente natural. “Fue una juntada muy genuina con ganas de tocar, sin expectativas de que esto creciera. En la primera fecha ni siquiera teníamos nombre”, recuerda. Sin embargo, tras agotar entradas en presentaciones en Club Lucille y el ND Teatro, quedó claro que el público quería más. Su próximo show, programado para el 28 de marzo en Niceto Club, contará con la participación especial de Demian Sielecki en teclados y promete ser “un evento único e imperdible”.
Un sonido adelantado a su tiempo
Desde su formación en 1975, La Máquina de Hacer Pájaros fue una banda que desafió los límites del rock argentino. Influenciados por Yes, Genesis y Emerson, Lake & Palmer, sus dos discos, La Máquina de Hacer Pájaros (1976) y Películas (1977), fusionaron pasajes instrumentales complejos con cambios rítmicos inesperados y una estética sonora única.
A pesar de que el rock progresivo no es un género predominante en la actualidad, Spina cree que el público de hoy está más preparado para apreciarlo. “Hay una mayor apertura musical. Ahora se ve el valor de estas canciones, lo que dijeron en su momento y lo que representan hoy”, señala. Fernández agrega que este regreso tiene un doble impacto: por un lado, para los seguidores de siempre, que encuentran en estos conciertos un viaje nostálgico; y por otro, para las nuevas generaciones. “Nos sorprende la cantidad de chicos jóvenes que vienen a vernos. Hay una curiosidad genuina por esta música que tiene más arreglos, más elaboración, y eso es algo que podemos aportarles”.
Conexión con el público y emoción sobre el escenario
Las presentaciones de La Máquina de Hacer Pájaros x FMSV han generado reacciones conmovedoras. Fernández describe la emoción de ver cómo la gente revive momentos de su juventud a través de las canciones. “La música tiene sentido cuando logra despertar algo en quien la escucha. Si no genera nada, no sirve”.
Vega comparte una anécdota que refleja el impacto de estos shows: “Había chicos de 14 años cantando a los gritos y también personas que vieron a la banda original en los ‘70, llorando mientras tocábamos. Nunca viví algo así desde el escenario, es super movilizante”.
Fernández, por su parte, destaca que el respeto por la esencia de la banda original es lo que hace que esta experiencia sea auténtica. “Nunca antes volví a tocar estos temas, ni siquiera en mis proyectos solistas. Pero lo estamos haciendo con convicción, porque sentimos que podemos transmitir la esencia de La Máquina de manera sincera y real”.
La puesta en escena y el sonido original
Un aspecto clave del proyecto es la fidelidad al sonido original de La Máquina. “No reemplazamos nada con pistas, como se hace ahora. Todo es en vivo, a sangre. Y eso hace una gran diferencia”, explica Fernández. Para lograrlo, sumaron un segundo tecladista, algo fundamental para replicar la instrumentación de la banda.
Spina enfatiza que verlos en vivo es una experiencia visual y sonora única. “No existe material de archivo de la banda original en concierto. Solo tenemos los discos y algunos audios. Pero la puesta en escena que ofrecemos permite imaginar cómo debió haber sido verlos en su época”.
El desafío de tocar un repertorio complejo
El regreso también significó un desafío personal para Fernández, quien pasó del bajo a la guitarra. “Me parece genial tocar este material desde otro instrumento. No sé si estaré a la altura, pero estoy re copado”, confiesa. Aunque en la época de La Máquina ocasionalmente tocaba guitarras acústicas, este nuevo rol le exigió estudiar y perfeccionarse.
Para Moro, la experiencia es aún más personal. “Después de años de terapia… no, mentira!”, bromea sobre la responsabilidad de tocar en el lugar de su padre. “Más allá del linaje, yo soy fanático de esta música. Me crie entre parches y platillos, pero tengo que seguir buscando mi propio camino como baterista”.
Vega, por su parte, aún recuerda cuando era solo un fanático de la banda. “Tengo el primer disco autografiado por José Luis. Imaginate lo que significa para mí estar tocando con él hoy”.
La Máquina de Hacer Pájaros: un legado que sigue vivo
El público que asiste a estos conciertos no solo busca nostalgia, sino también conexión con una época en la que la música tenía una carga emocional y conceptual más fuerte. Fernández lo resume así: “Nosotros no podríamos hacer esto si no estuviéramos realmente compenetrados con esta música. Es difícil, exige un nivel de entrega total, y eso el público lo percibe”.
Con la mirada puesta en el show de Niceto Club, el grupo invita a los fanáticos a sumarse a esta celebración del legado de La Máquina de Hacer Pájaros. “Si te gusta la música, no te lo podés perder”, concluye Fernández.