La charla telefónica surgió a raíz de la posibilidad de que Palo Pandolfo viniese a tocar a Mendoza – hecho que finalmente, no se concretó-. Sin embargo, A través de los sueños se impuso como la excusa perfecta para repasar sus 20 años como músico de bandas donde combinaba magistralmente géneros como pop, rock, punk, dark, tango y folclore, con los que escapaba a los rótulos que intentaban definirlo. Siempre fue un alma musicalmente libre. Separó a Don Cornelio y la Zona -hoy de culto-, una banda que junto a Sumo, trajo al país la sórdida belleza del dark y la new wave. A principios de los noventa, formó Los Visitantes y giró hacia lo nacional y popular -pero también lo experimental- en lo estético e ideológico, que incluyó desde carnavalitos furiosos hasta tangazos que despertaron adhesiones varias.
-¿Cómo te definís musicalmente?
– Con Los Visitantes yo venía perfilándome muy tanguero pero hoy hay un todo un gesto hacia el rock. Estoy parado en un círculo, un disco de canciones eléctricas. Mi esencia no ha cambiado durante estos años aunque yo en un momento pretendí que cambiara.
-Lanzarte como solista se dio naturalmente…
-Sí, siempre lo supe (si bien tiré mucho del carro de las bandas, dando mucho de mí con mis canciones). Fue por una cuestión de franqueza y hasta de humildad. Porque es mucho más humilde ser simplemente Palo Pandolfo, que el líder de Los Visitantes… Eso sí que me rompe las pelotas. Ser el líder no era mi objetivo porque cuando hacés un grupo sos una patota.
Aunque es claro que Palo se siente cómodo en su rol solista no descarta la posibilidad de armar otra banda. Es algo que dice, le encantaría. Y también, poder reencontrarse en un estudio para zapar e improvisar con Los Visitantes.
Por otro lado, la recepción de su trabajo, A través de los Sueños, ha sido inmejorable. Le han dicho que es su mejor disco después de Espiritango. Pero a Pandolfo le gustan todos. «Desequilibrio es bueno (último disco de Los Visitantes); Espiritango es una joya porque lo terminé con Calamaro. Salud Universal me gusta mucho; con Maderita aprendí a producir. Y, siento que A través de los Sueños tiene mucha energía porque encarar algo nuevo es un estímulo fuerte y estoy arriesgando mucho. Bajo presión podés sacar cosas muy buenas».
-¿Cómo te sentís con el nuevo material?
-Si bien siempre se trata de buscar la perfección estoy muy satisfecho. El disco se destaca porque tuvo una cantidad impresionante de músicos invitados: Peteco Carbajal, Los Súper Ratones, la Bersuit… Es un sueño. Es más, uno de los temas lo soñé, desperté y me lo afané de ahí.
– ¿El sonido es acústico y primitivo?
-Sí, pero también es muy eléctrico. En realidad electro-acústico, de hecho tiene mucho rock. Y hay una tendencia rioplatense hacia el candombe, es todo un viaje.
-¿Que aportó Vicentico?
-Estuvo en la grabación de las bases. Yo estaba re-enroscado y me abrieron las puertas del estudio.»Ahora seguí solo, este tipo está loco», me dijeron (se ríe). Estuve encerrado meses y meses, nadie me podía seguir el ritmo.
-¿Te interesa que se interprete bien tu mensaje?
-Mirá, con este tema del disco solista he laburado todo con conciencia .Ya había cumplido etapas de catarsis, etapas suicidas… -que no digo que no puedan volver, porque nadie está curado de nada-. He tratado siempre de que eso esté puesto en mis canciones, con palabras a nivel consciente y no como una confesión; tratando que la ideología se pueda decir de una manera bella.
-¿Tu hijita influyó en las composiciones?
-Empecé a componer con la panza de mi señora creciendo, llevando a mi beba, como un momento de elevación, de mucha fe y amor. Hay toda una energía flotando. Por más que no la mencione, siempre está presente Anahí.
-¿Te ha pegado fuerte lo de la paternidad?
-Sí. A mí siempre me molestaban los padres que te torturaban hablando de sus hijos pero ahora estoy yo en ese rol y tengo que disfrutarlo. Te enseña mucho.
-¿Se puede emparentar a A Través… con Los Visitantes?
-Creo que sí, es muy ecléctico, pero sólo en cuanto al género. Aunque no quería hacer un disco tan ecléctico… La vida te va llevando por distintos caminos: hay un momento para la locura, para la celebración, otros para decir las cosas que te pasan como ciudadano a nivel ideológico. También momentos místicos o espirituales donde tratás de elevarte. Ser solista era simplemente un proyecto mío que no quería destruir nada. El temas es pulirse… Buenos músicos, son los que a través de los años mejoran su espíritu. Yo no soy el Mesías. Estoy vivo y tengo mi batalla interior todo el día, todos los días.
-Para eso te sirve la canción…
-Un cántaro de agua, todo adornado, te sirve para llevar agua de un lugar a otro, una canción tiene un uso. No es sólo un divertimento, no es algo pasatista. Te sirve para transmitir energía de un lado a otro. Yo no me acostumbro a ser un guitarrista que canta o a ser un poeta que toca la guitarra, o como carajo lo quieras llamar. Yo soy un pibe que hace canciones.
-¿Cómo son los shows?
-Tienen momentos acústicos y un mambo rítmico con mucha fiebre. Tengo otra guitarra eléctrica y lo estoy haciendo cantar al baterista. Tiene una dinámica importante. Como sorpresa hacemos algunas canciones inéditas. Pero en vivo se nutre con mi parte más tanguera.
-¿Estás consciente de que vas a tener que hacer temas de Don Cornelio y Los Visitantes?
-Sí, sería la otra parte que me falta definir. Pero cómo fan de Spinetta comprendo eso. Yo me moría porque tocase algo de Pescado Rabioso. Lo mismo, cuando Divididos empezó: yo quería temas de Sumo. Así que, comprendo a la gente. Pero se lo voy a dar desde mi hoy, no te voy a dar un chorro de pasado. Me gusta mucho la relectura, la mutación que se le da a la interpretación de la canción.
-¿Te molesta que te pidan un hit como Ella vendrá?
-No. Tengo la libertad de hacer lo que quiera. Pero por cierto, es muy halagador que me lo pidan. Ella vendrá, no lo hago en vivo. Lo dejo para un día en que Don Cornelio se reúna. Hay cosas que uno guarda y se reserva como perlas.
-¿Te sentís cómodo con el rótulo de «artista de culto»?
-La comodidad no me la da ser un artista de culto. En realidad nada me hace sentir cómodo (más risas). La sensación que me produce es que toda esa gente que te sigue durante tanto tiempo es una parte importante. Y qué sano que alguien pueda ocupar ese lugar, y mejor que sea yo antes que otro o nadie.
– O sea que no te pesa nada…
– No, yo prefiero ser Palo Pandolfo antes que Palito Ortega ¿me entendés?