Como uno de los miembros originales de Orions, Ronan Bar es portavoz autorizado para dar la versión oficial de la separación del grupo. Además de las causas que condujeron a esa decisión, Bar adelanta sus pasos futuros, musicalmente distanciados de todo lo que hizo hasta ahora.
Tal como era predecible después del concierto de Obras, Orions se separó en términos poco brillantes. La que fuera una de las bandas «institucionales» del rock local terminó desgastada por sus propios desaciertos y contradicciones, y no tuvo siquiera la oportunidad de dar un adiós más digno a su dilatada carrera. Pero esto ya pertenece al pasado, y como el pasado es siempre historia, convendría tratar de buscar los verdaderos motivos que impulsaron a disolver la banda. Sobretodo porque Orions trabajó muy duramente en los últimos años y, a partir de 1982, pudo fortalecer su presencia en el panorama nacional. Sin embargo, la abundancia de trabajo y las buenas ventas de sus dos últimos álbumes no alcanzaron para diluir ciertas tensiones internas que fueron manifestándose nítidamente. Allí es donde emergen las verdaderas causales de la separación de esta banda que, si bien tenía toda la entrega de sus músicos, también representaba un proyecto musical que ya había cumplido un largo ciclo.
Esto se desprende al menos en los hermanos Bar, quienes bregaron durante más de diez años para imponer su proyecto y hoy abordan con total intensidad las experiencias que vendrán.
Por todo esto, y porque el respeto hacia la trayectoria de la banda se lo merece, Ronan Bar quiso dejar aclarados «oficialmente» los motivos de la separación del grupo y de paso adelantar parte de su futuro en el rock.
PROBLEMAS DE PRODUCCION
Ronan Bar: «Orions se acabó por la plata, y aunque suene mal es la pura verdad. Nuestros problemas comenzaron con la venta de los discos. Horacio Bárbaro era —además
de nuestro tecladista— el productor de la banda, por lo tanto el tenía que pagar a SADAIC la parte correspondiente a la venta de discos, que según tengo informes asciende a cuarenta mil long plays, una cifra nada desdeñable. Nosotros le fuimos reclamando el dinero que nos correspondía en forma amigable, lo que ocurre es que llega un momento en que vos no podés discutir por dinero con alguien y después ponerte a ensayar como si nada hubiera pasado. Y eso que yo siempre evité cualquier tipo de mala onda dentro del grupo. Aún hoy, cuando ya se iniciaron acciones legales, yo no tengo ningún problema personal con Horacio, lo que pasa es que esta situación tiene que tener algún tipo de solución.
«También pesó mucho el hecho de que el desempeño de Horacio como productor no fue muy acertado. El hizo lo que pudo, pero siempre su mayor aporte fue la facilidad para proveer fondos para el grupo. El no tenía experiencia y trató de hacerlo lo mejor posible, pero no siempre los resultados de este tipo de esfuerzos son los que uno pretende. El concierto de Obras fue una muestra de esto. Yo me opuse a tocar porque me parecía totalmente perjudicial hacer un concierto un día antes de fin de año, con toda la avalancha de recitales que hubo y el poco espacio que la situación política dejaba para impulsar publici tariamente cualquier evento.»
«A pesar de todo nosotros pusimos toda la polenta en el show, porque —como dijimos en el concierto— nosotros tocamos para cien o diez mil personas con la misma intensidad. Por supuesto que hubiéramos querido tener un marco más digno, un concierto muy especial por ser el último, pero… Cuando hicimos el Obras anterior tardamos tres meses en prepararlo y así fue como resultó. En cambio, en diciembre dispusimos de unos pocos días para preparar todo; yo hubiera querido que las cosas ocurrieran de otra manera pero ya todo terminó.
LA MUSICA Y LOS INTERESES
«Algunas cosas me,quedaron en claro, como que el productor no puede ser un músico del grupo. porque no se puede manejar al mismo tiempo los intereses y la música de una banda; tarde o temprano alguno de esos aspectos termina perdiendo, además se fractura la unidad grupal.
«No me siento particularmente abatido por la separación, lo que me molestó fue la forma en que se llevó a cabo. Pero eso ya pasó y estoy pensando en el futuro. En alguna medida creo que esto iba a pasar porque la banda estaba bastante desgastada, la producción independiente rinde sus frutos pero requiere un enorme sacrificio. Creo que tanto Adrián como yo estábamos sintiendo la necesidad de encarar otras cosas. Ahora estoy preparando un grupo para hacer la música que siempre escuché: el rockabilly. Creo que es el momento justo porque está de moda y el público predispuesto a escucharla, y yo hace mil años que vengo escuchando a Cochran, Vincent, Presley, incluso tengo una interesante colección de discos de pasta de aquella época
LA ENERGIA DE LOS SESENTA
«En estos momentos estoy buscando los músicos necesarios pero quiero gente que le interese el rockabilly, no quiero tocar con tipos a los que les tenés que decir lo que querés que hagan, como pasaba en Orions. Busco chicos que quieran tocar este tipo de música, y estoy seguro que en alguna parte deben existir. Hasta tengo una cantidad bastante importante de temas, incluyendo la recreación de algunos clásicos nacionales e internacionales.
«Los músicos de acá tienen un prurito que yo no comprendo respecto de tocar temas de otros compositores. No entiendo porque ocurre una cosa así cuando tenemos tantos autores de nivel como para recrear viejos éxitos. Sobre todo cuando esas canciones están tratadas de una forma original y refrescante. Es un complejo que los músicos argentinos debemos superar; a quien no le gustan los temas de Spinetta, García, Lebón o Porchetto por nombrar algunos. Estoy convencido de que el público los va a escuchar con muchas ganas.
«Quise que lo de la separación tuviera una versión oficial para evitar las bolas que siempre se terminan armando alrededor de estas cosas. Estoy tranquilo y con unas ganas enormes de trabajar en este nuevo proyecto; no me sentía así desde fines de los sesenta y creo que rescatar esa energía y ese impulso valen la pena.»