El trío Flopa-Manza-Minimal se presentó en Ciudad Vieja (La Plata). Ariel Minimal representa un bastión de la independencia musical que atravesó los noventa con autoridad y dignidad.
Ariel Minimal sabe que es un músico respetado. Ganó la consideración de la prensa especializada con talento y dedicación. Se trata de un músico de culto de la década del noventa, aunque la mayor resonancia de su carrera no surja de Pez, su proyecto personal, sino de la participación en Los Fabulosos Cadillacs. Grabó tres discos: «Fabulosos Calavera» (anunciado como «el disco que va a cambiar la historia del rock nacional, aunque …), La marcha del golazo solitario (una despedida delirada de la banda) y el saludo comercial hecho disco doble en vivo: «Hola» y «Chau». Sus riffs sónicos y setentosos fueron una influencia decisiva para revitalizar una banda con la que pasó de tocar en sótanos a llenar estadios. La altura no lo mareó.
Flopa es Florencia Lestani. Tocó en Mata Violeta, una banda de punk-hardcore que fue promesa a principios de los noventa, «demasiado mito: hubo una auge, nos iban a ver doscientas personas. Después me fui del grupo y Erica García se fue a lo de María Laura Santillán y bla-bla-bla» (Flopa dixit). Más hacia el final de la década Mariano Esaín (Manza) tocó en Menos Que Cero, una agrupación de pop al estilo inglés.
Flopa-Manza-Minimal suena a Crosby, Stills & Nash. Se trata de un trío de guitarras acústicas donde la calidez de las canciones lleva a imaginarlas como banda de sonido ideal de un fogón en un bosque. Son composiciones que cautivan al profundizar en la intimidad de los autores, manifestando estados de ánimo reflexivos y sosegados. Las voces y los coros tienen una dedicación especial. La placa grabada durante 2003 («El alma herida») fue elegida como disco del año por los periodistas de la influyente revista Rolling Stone (siempre tan cool).
El trío sale a escena sin mostrar la existencia de una cabeza más visible o por encima del resto, si bien Minimal canta más canciones que el resto. Se articulan perfectamente permitiéndose destacar las características individuales de sus integrantes. Durante el show, Ariel Minimal habla mucho con la gente, cuenta chistes (ubica a Flopa completando una trilogía con Sandra y Celeste), aparece como un comediante. La de Flopa es una voz cautivante y acertada. Manza aparece como un pilar sólido de una formación sin estrellas.
Ante poco más de cien personas arrancaron el set con «No más», «La voz del viento» y el tema que bautiza al disco. Mas adelante iban a pasar la poco ensayada versión de la maravillosa «La libertad» del último trabajo Andrés Calamaro y «Hombre de mala sangre» (del primer disco de David Lebón). El climax creció cuando cada uno de los músicos tocó un tema en solitario. Manza se lució y se ganó los aplausos mas agradecidos de la noche. Flopa expuso «Vino bajo el sol», una composición sesgada producida desde la desesperación que será parte de su producción en solitario. Minimal mostró algún tema de su disco solista y se autoversionó en «Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar» de Pez.
Antes de los bises anunciaron que Flopa está terminando un disco solista que verá la luz próximamente (diecisiete temas «calmos» grabados con el percusionista Alejandro Oliva y el guitarrista Rodrigo Guerra que «está conectado con un cable a mis hemisferios musicales») y que Manza también tiene material en las gateras (el debut de Valle de Muñecas, un nuevo proyecto). Ariel Minimal editó por estos días un disco solista («Un hombre solo no puede hacer nada») y dentro de un mes sale a la venta el nuevo trabajo de Pez (titulado «Folclore»). O sea que en menos de un año Minimal grabó tres discos. En los bises sonaron «Redemption song» de Bob Marley y después como en un murmullo susurraron las palabras de «Deja que baje la noche».
La comparación de la música que desarrolla el trío y las cambiantes facetas que envuelven al proyecto Pez no es necesaria, pero sí es un poco inevitable. Sí en Pez hay una progresión musical caótica, acá hay una armonía constante. El sudor que baña la frente de Minimal en Pez no aparece con Flopa y Manza. Sí la música de Pez podría sonar en el Cosquín Rock, la del trío se ajustaría más al Festival de Folclore de la misma ciudad. Mas allá de las comparaciones, Minimal afirma que «no hay que hacer muchos parámetros con Pez, por que de ahí vengo yo y ellos dos no tienen nada que ver. Las canciones las reducimos a la mínima expresión: unas guitarras y las voces, sin nada más. Eso le da un saborcito especial.»
La elección de «La libertad» de Calamaro parece acertada. El formato acústico del disco de Andrés está emparentado con el sonido de ustedes.
Nos encantó el disco, la canción nos gustó y tuvimos ganas de tocarla. No hay más vueltas que eso. Pero es una canción que nos queda bien en el repertorio nuestro, queda linda.
En una entrevista decías que Los Cadillacs era un trasatlántico y Pez un barco más pequeño ¿Qué es para vos el trío?
Una balsa, una canoa.
¿Y el trabajo solista?
Nada. Un pedo en el aire (risas). Es un disco que fue sin planes. Como se enfermó el batero de Pez (mononucleósis) grabamos ese disco. Quedó muy lindo, con mucha onda, pero no deja de ser un disco que se armó en quince días. El disco de Pez que va a salir ahora pero hace dos años que lo venimos preparando, hay otro tipo de esfuerzo metido en cada da disco. Te puede gustar más uno que el otro, es indistinto, pero para mí son diferentes a nivel del trabajo que le metí a cada uno.
En una entrevista decías que ibas a tener una banda que se llame Pez hasta que seas gordo y pelado.
Ya lo soy (risas). Sí, supuestamente Pez es una idea que es para toda la vida. A los treinta y tres años llega un punto en el que ya no soy joven ni tampoco soy viejo, sino que son las dos cosas.
Pareces incansable, en diez años Pez grabó siete discos. La mayoría de las bandas de rock descansan dos años entre cada disco y roban con un disco en vivo o compilado cada cuatro o cinco.
La mayoría de los rockeros son famosos y pueden tocar un mismo disco dos años por que se mueven por diferentes lados. Nosotros tenemos un circuito más reducido, tocamos en pocos lugares. Entonces tenemos que sacar discos seguido para mantener interesada a nuestra gente.
¿Pero es para mantener el interés o porque te desbordan las canciones?
No, las canciones están también. Quizás las podríamos parar si pasaríamos más tiempo de gira. Quizás así no sacaríamos discos tan seguido. Por suerte las canciones están. Todo lleva mucho tiempo: grabar, ensayar para tocar en vivo. No se puede hacer todo corriendo.