Luego de un sensual primer disco, el power trío Le Temps lanza “Incuria” con una estética renovada y un concepto desafiante para el ojo común.
Tras arduas presentaciones, trabajos de pre-producción y de la incorporación de Vanesa Morano en bajo y coros, Le Temps presenta en sociedad su nuevo álbum con el objetivo de sumergir al oyente en un mundo ucrónico, donde las reglas del juego son otras.
El arte de tapa tiene una estética muy particular.
Sergio: Sí, la realidad es que se prolongó bastante la salida porque la idea nació en marzo del año pasado y estuve mirando diferentes opciones. Si bien fue un proceso relajado, con el tiempo se maduró mucho. Estos colores los observé mucho en Europa y se llama Vaporwave. Como de Neón ochentoso, pero moderno y psicodélico.
Fui craneando y, en vez hacer la típica de grabar primero el audio y después ir viendo el resto, ensayamos con mucha anticipación. A la vez que hicimos las tapas y pre-produjimos los temas. Había tanto laburo que terminaron siendo sesiones en tiempos distintos para que quedaran como nosotros buscamos.
Cuando llegó noviembre, grabamos todo de una sola toma y el audio resultó impecable. Las gráficas y los videos ya estaban re cocinados, así que nos concentramos en las fechas de presentación.
¿Dónde lo grabaron?
Sergio: En La Nave de Oseberg con Seba Manta y Ranz Almendra. Siempre laburamos ahí porque quedé enamorado del sonido. Es moderno, pero la batería sigue siendo clásica y no está todo digitalizado. La diferencia esta vez fue que hicimos la grabación completa y el resultado fue óptimo.
Incluyeron una intro bastante polémica.
Sergio: En realidad viene de un planteo mío porque quería hacer un disco conceptual, pero con una historia clausurante del primero y más oscura e introspectiva. Me gusta mucho la filosofía y siento que en el primer material no me pude volcar desde ese lado. Entonces lo que se me ocurrió fue hacer un monólogo existencialista acerca de todo lo que me conflictuaba como persona. Los temas iban a hablar de eso y avancé con la idea. Sin embargo, quería que lo interpretara una persona acorde.
Justo dio la casualidad de que fuimos a una radio y estaba Mariana, con esa voz ronca y me la imaginé enseguida. En la intro la protagonista plantea que no tiene un lugar en el mundo, al igual que las canciones del disco. Ser distinta y sentir que no encaja, mientras se pregunta: ¿quién es? y ¿por qué está obligada a vivir en el mismo?.
El planteo más importante que se hizo el hombre fue quién soy. Entonces, parte de esa base y va ahondando mucho más en cuestiones actuales, como el consumismo. De hecho, nos sentimos atrapados en un mundo de opciones. Uno se siente libre, pero ¿somos realmente libres?.
La banda nunca apuntó a ser súper popular. Sí llegar a las personas que se sienten distintas y ahondar en temas tabú. La depresión, las drogas y el suicidio fueron algunas de ellas. Creo que no sólo hay que tener coraje, sino solidez para poder bancarse hablar de esos temas. No se debe romantizar nunca muerte y lo hablamos con mucha responsabilidad.
¿Recibieron críticas o censuras al mostrar las imágenes de la chica cortándose las venas?
Sergio: Eso me pareció raro porque había tanta necesidad de hablar de estos temas, que la mayoría se sintió súper identificada. Creo que la introducción hizo llorar a la mitad de nuestros fans. Eran preguntas, respuestas y situaciones que todo el mundo quería escuchar. Lo más lindo es que una banda te las deje canalizar a través de la música.
Hubo un cambio de formación entre el primer disco y este.
Sergio: Es verdad, la incorporación de Vanesa Morano hizo que la banda cambiara radicalmente. Lo primero y principal es que, al igual que Mati y yo, estudia música y nos entendemos mucho mejor. Entonces la banda pasó a un plano más complejo. Podemos hacer un laburo más groso y hasta improvisar en vivo. Cosa que antes estábamos un poquito limitados. También es muy importante porque hoy en día la revolución es femenina y tiene que expresarse. Por supuesto que cuenta con el micrófono siempre y una apertura para poder hablar de un montón de cosas que hacen falta.
¿Por qué siguen apostando al disco físico?
Sergio: Es una pregunta interesante y tiene que ver con el cambio generacional. Creo que estamos en un momento de transición entre una cosa y otra. La caída de la industria discográfica tiene menos de 20 años y es fundamental para las bandas independientes que hayan podido crecer las plataformas. A su vez, es consecuencia del inicio de internet que sube la oferta, pero es más despectivo instalar una banda grande. Hay mucha competencia y la demanda es la misma que antes. Por otro lado, la gente puede encontrar exactamente lo que busca. Entonces, elegimos el disco físico por la nostalgia y tenemos mucha gente que le gusta abrirlo y ponerlo en un aparato.
No sólo apostamos al disco, sino que al concepto. Es una inversión muy grande que hoy muchos se preguntan para qué hacerlo. Pero tenerlo hace que la banda cuente con algo para mostrar. Además, el audio se queda corto con la masividad de las redes y, principalmente, es un gusto personal.
También le dieron un giro al vestuario.
Sergio: Sí, tiene que ver con la entrada de Vane porque hace que la banda flexibilice mucho el tema de la vestimenta. La base es Steampunk, que es un mundo paralelo en el cual se desarrolló la maquina a vapor en vez de la era digital. Pero, a su vez, tiene esta cuestión victoriana de la Revolución Industrial con los vestidos, los sombreros y todo lo que tiene que ver con lo mecánico.
No quisimos abocarnos a lo clásico de ese estilo entonces, en vez de marrón, tomamos el negro. O sea que terminó siendo un gótico fusionado con el vapor weib de colores brillantes y psicodélicos modernos en su máxima expresión.
¿Qué sigue después de The Roxy?
Sergio: Tenemos confirmado el 12 de abril en Córdoba, el 13 en Río Ceballos, el 19 en Mar del Plata y el 18 de mayo en Bahía Blanca. A su vez, estamos por sacar los registros de la presentación en vivo en The Roxy como video y disco a través de Spotify.