Luego de la presentación oficial de «Érase», donde la esencia de La Vela Puerca volvió reflejada en la puesta teatral que acompañó sus canciones, la banda uruguaya abrió las puertas de su hogar en Buenos Aires para contar las emociones que vivieron junto a su gente.
¿Qué sensaciones les dejaron estas dos primeras presentaciones en el Luna?
Cebolla: Cada vez que empezás una etapa nueva, o transitás la presentación de un disco, siempre tenés la incertidumbre respecto a qué va a pasar con las canciones. Las que pensás que van a generar algo no terminan siendo así y otras, por el contrario, explotan. Creo que es la única manera que hay de vivirlo y transmitirlo: las canciones hablan de emociones y amerita contar una historia desde ese lugar.
Rafa: Para mí fue una sensación rara volver al Luna después de un año. La presentación en 2014, en medio de la grabación de un DVD, fue muy intensa y esta vez lo viví de otra manera.
La óptica era presentar las canciones nuevas y eso conlleva un montón de cosas. Primero, por la forma en que lo va a recibir la gente; y segundo, por definir cómo comienza el show. En este caso es con un nuevo disco, entonces es como dar la patada de una.
La primera impresión que me dejó, al igual que en Uruguay, fue la respuesta del público. Empezamos con los temas nuevos y la gente ya estaba coreando. Éso en el momento me dejó mucho más tranquilo.
Pasaron la prueba de fuego con el público.
Rafa: Sí, yo creo que lo encaramos con ansiedad, por lo que implica un disco nuevo, pero con la tranquilidad que no era algo desconocido para nosotros. Conocíamos a la gente, el lugar y teníamos una puesta nueva. La realidad es que quedé super conforme, siempre hay cosas por mejorar pero el show en sí estuvo muy bien planteado.
Se sumó una puesta en escena especial donde, además de luces, habían faroles, una biblioteca e imágenes que acompañaban.
Cebolla: Un poco la idea era explotar el arte del disco. Nosotros en una época habíamos hecho una especie de escenografía teatral y para este show ameritaba volver a eso. Traer la esencia que siempre tuvo La Vela y no sólo tocar los temas nuevos.
El arte es muy rico y despierta un montón de imágenes, entonces no haberlo utilizado sería dejar de alimentar algo que esta bueno y puede ser mejor. Es la riqueza de sentir que estás como en el living de tu casa.
De hecho, la escenografía con el efecto de las luces tenues daban una sensación de clima especial.
Cebolla: Exacto, es preguntarte qué tenés y qué querés generar. Eso fue un aporte que ayudó al conjunto del show.
Algunos se preguntaron quién era la nena disfrazada de buzo caminando por el escenario.
Rafa: Macarena, la hija del bajista.
Cebolla: La gente miraba con cariño la historia y era como si un hijo nuestro fuera parte del show. Si a mí me gusta que soy tío postizo, me imagino al padre.
Hubo algunos cambios en la lista, canciones que se incorporaron y otras que venían tocando y se dejaron de lado. ¿Cuál fue el criterio al momento de sumar el sexto disco al repertorio?
Rafa: No tenemos tantos discos, pero a medida que pasan los años va quedando una reserva de canciones que podés revolver y jugar un poco. Al momento de armar la lista para este show la vedette fue el disco, entonces la idea era ver con qué canciones podíamos condimentarlo.
De repente, había temas que quedaban muy descolgados. Entonces la selección de otros discos fue pensada un poco en adornar y mantener una línea.
Catalogaron a este show como uno de lo más rockeros de La Vela Puerca en los últimos años. ¿Venía por ese lado la intensión?
Cebolla: No, yo creo que las canciones eran así e iban pidiendo cosas. Entonces vas tratando de armarlas despojándote de tu ego personal e interpretando lo mejor para ellas. En ese sentido las canciones nuevas necesitaban más de las guitarras que de otros instrumentos.
Rafa: Va mucho en los arreglos y fundamentalmente en el sonidista. Nosotros tenemos la suerte de trabajar con un argentino, Esteban Demelas, que hace unos años vive en Uruguay. Maneja muy bien los shows y es bastante inquieto, en el sentido que no le gusta repetirse mucho. Siempre intenta darle una vuelta de rosca y, con una banda como La Vela, es difícil porque somos muchos. Hay momentos en que están nueve músicos arriba del escenario y ¿cómo haces para mezclar a todos en un estéreo? Tenés que priorizar y eso depende mucho del sonidista.
Tienen la plena confianza de que ya sabe lo que tiene que hacer.
Rafa: Recibimos muchas opiniones de afuera.
Cebolla: Nosotros nunca vemos el show, entonces siempre dependemos de la gente en quien confiamos. Ellos son los que nos dicen si está sonando bien o mal. La realidad es que no tenemos otra herramienta para manejarnos.
Lo que refiere al post show, ¿suelen mirar material grabado?
Cebolla: Sí, por supuesto, pero eso ya pasó y lo que viene dependerá del lugar físico donde estés. Si tocás en un galpón va a sonar a eso, por más que ecualices el equipo y pongas las guitarras donde sea.
Cuando te podes acercar y tomar decisiones es al momento de grabar un disco. Ahí establecés si querés que las guitarras tengan más protagonismo que otros instrumentos, y ésa es la esencia de la canción.
Rafa: Obviamente que tenés que confiar en tu sonidista y va más allá de la habilidad técnica, es importante que la persona comparta gustos musicales similares a los tuyos.
Cebolla: Que conozca la canción y su esencia.
¿Se deja de escuchar el disco apenas termina de grabarse o continúa el proceso de autocrítica?
Rafa: Lo que pasa con los discos es diferente, porque de repente una canción la tocaste 400 veces en un mes y terminada no la querés escuchar más.
Cebolla: A mi, sin embargo, me ha pasado, en este disco y el anterior, que entendiendo la esencia pude escucharlos muchísimas veces. De hecho, «Érase» lo tengo puesto en el auto y todavía no me pasó el agobio. Es un disco tan corto y tan urgente, tan simple y complejo a la vez, que me dan ganas de escucharlo.
Ya habían estrenado online el video de «Canción para uno», pero esta vez se dieron el gusto de proyectarlo en pantalla grande mientras tocaban.
Cebolla: Lo presentamos en vivo por primera vez en Montevideo y había opiniones encontradas. Nos planteábamos la incertidumbre de saber a quién miraría la gente, si a nosotros o al video, y la realidad es que es totalmente independiente de tu voluntad.
Cuando leí el diario el lunes, me pareció que fue un acierto y yo era de los que no quería ponerlo.
«Canción para Uno» tiene una letra muy profunda, dulce y melancólica ; que con la animación del video te causa otras sensaciones.
Hay una historia con principio y fin contada en 3 minutos.
Cebolla: Totalmente, además tiene un pasaje por toda la historia de La Vela Puerca. Hay varios items que reflejan los discos y momentos.
El que lo hizo entendió la idiosincrasia de la banda para volcarla en un video y que no fuera redundante. Cuando lo vimos en Alemania por primera vez me quedé shockeado y no dudé en darle un abrazo.
¿De dónde nació la idea?
Cebolla: Del grupo de Palermo Estudio, una productora de Uruguay, que ya había hecho una película animada que se llama «Anina» y se la recomiendo a todo el mundo. Es muy buena y profunda, pero contada en una historia simple como hizo con nuestro video.
¿Cómo es un día de La Vela Puerca en Buenos Aires alejada de los escenarios?
Cebolla: Depende. Hoy, por ejemplo, nos levantamos temprano para hacer una nota en la radio y después estuvimos todo el día encerrados. En mi caso, Buenos Aires es una ciudad que conozco de chico porque mi padre vivió acá. Conozco las calles y no me resulta extraña. Siento que de alguna manera estoy en un lugar que me pertenece.
Foto: Mica Villalobos