Apostaron de lleno y cumplieron con todas sus expectativas. La banda rosarina se lució el pasado viernes ante cientos de espectadores.
Alrededor de las 21.30 la gente en sus butacas comenzaba a llamarlos con palmas, de repente las luces se apagaron y junto con una introducción, cual radio teatro, comenzó el espectáculo y nada menos que con el éxito que les brindó mayor reconocimiento, hacia 2013 cuando musicalizaba algunos segmentos de Duro de domar, «Casi desangelados». La gente no lo dudó ni un instante y ante el pedido de Joaquín Vitola, frontman de la banda, se puso de pie para bailar toda la noche.
Muy bien lookeados y con mucha energía interpretaron «Minuto cero» y «Laberinto», también de su disco debut de homónimo nombre, y siguieron con el inicio de la fiesta hasta que llegó el momento de presentar algunos de los singles que van a formar parte del tan esperado segundo álbum. Con un un synth pop muy ochentoso que nos podía trasladar a la era de clics modernos, se destacaron «Veni» y «Fragilidad» con la voz de Nicolás De Sanctis, guitarrista y compositor.
Los nuevos temas tuvieron una exitosa respuesta por parte de los presentes, pero los ya conocidos explotaban ni bien se escuchaban las primeras estrofas. A la hora de tocar otro de los ya hits, «Ya pasó», Vítola bajó del escenario para caminar glamorosamente por el pasillo del teatro recibiendo abrazos, y algunos cartelitos de aliento que los fanáticos tenían preparados.
Un show muy caluroso en cuanto al cariño de su público. La banda rosarina que se convirtió en un boom en muy poco tiempo, ya logró instalarse en los corazones de varios que los acompañaron en, hasta ahora, la noche más importante de su carrera. «Adolescente» fue la que continuo en el maravilloso playlist y dio lugar a otra nueva joya que muestra un cambio radical en el sonido al que nos tenían acostumbrados.
Tras esto, una sorpresiva intro experimental y la imprevista perfomance de Agustin Majdalani (tecladista) como saxofonista junto a Joaquín en teclados, se sumergieron en la dulce balada «Caramelos de miel». Aprovechando el climax instalado, adelantaron otros dos temas de su próximo disco que siguieron armoniosamente la línea melancólica.
Casi llegando al final, dejaron boquiabiertos a todos con la presencia del majestuoso Adrián Dárgelos quién tras bambalinas comenzó a cantar «Chicos», desconcertando a todos, hasta que salió a escena y generó un revuelo alucinante entre los espectadores. Una inesperada actuación que culminó con ambos frontman interpretando un clásico de Jessico «Fizz».
Tras reiteradas muestras de agradecimiento y emoción por los clásicos cantos «Olé olé olé Indios Indios» le pusieron un broche de oro a la magnífica velada finalizando con «Jullie» canción de su más reciente videoclip. Sin lugar a dudas este fue el inicio de otro exitoso año para Indios.