El artista, de larga trayectoria en la escena argentina, explica cómo compuso y produjo «El Mago», su tercer lanzamiento. También habla de miedos, samples y loops, y adelanta el show del jueves 18 de abril en Buenos Aires.
El arte no es sólo una forma de representar sentimientos o emociones. Para muchos, también es una oportunidad de encontrarse. «Al ser un proyecto solista, está mi vida involucrada, mis deseos, búsquedas y anhelos más profundos. Quizás sea demasiado decir que surgió para hallarme, pero es una linda forma de verlo -explica Rodrigo Lalli Galean-. Capaz que para realmente encontrarme deba dejar de hacer música. ¿Quién sabe?».
Pero tranquilos: nada está más lejos de que él abandone las canciones. Además de «El Mago» (2019) -su tercer lanzamiento-, ya prepara un material que va a salir en 2020, y otro estreno que verá la luz en los próximos meses. Después de todo, grabar su nuevo disco fue una experiencia catártica.
«Me considero introspectivo, también introvertido. Observo mucho lo que sucede adentro, le doy una gran importancia al interior. Muchas veces estoy tan así que lo social, por ejemplo, se me dificulta -explica Galean, conocido en la escena por la banda Aloe-. Creo que el trabajo del introvertido es volverse un poco más extravertido, y viceversa. Agradezco tener ese registro y el desafío de salir a mostrar lo que hago. En este álbum hay mucho de los vínculos: cosas que me pasaron, algunas un tanto desgarradoras y otras más esperanzadoras».
¿Por ejemplo? «Viví diversos procesos durante la composición y la grabación: el enamoramiento, la desilusión, la disolución, mudanzas, la madurez, los encuentros con las sombras y conmigo mismo. Por eso elegí ‘El Mago’ como arcano, porque es el iniciador, una especie de nueva etapa, que crea su propia juego. Soy bastante amigo del tarot, no un estudioso, pero me vinculo con el lenguaje de símbolos desde hace tiempo. Me parece muy preciso en ese sentido, y lo tengo incorporado cotidianamente».
EL CAMINO SOLISTA
«Primera Puerta del Alma» y «Tejiendo la Marea» (ambos de 2016) ya habían representado una búsqueda en la misma vía. Así y todo, este fue un proceso más profundo, e incluso Galean sintió por momentos la presión de superar el material anterior. «¡Algo de eso pasó! Pero fue tan orgánico que en ningún momento me cuestione si lo que estaba haciendo sonaba mejor o peor; si era más concreto o más volado. Cuando el disco se terminó, le pregunté a Pablo Bursztyn (productor de esos dos lanzamientos previos) si realmente le gustaba».
Esa inseguridad venía como producto de probar cosas nuevas. «Empecé a sentir que quizás ‘El Mago’ no estaba tan logrado, por haberlo grabado todo en mi casa, ser tan largo y experimental, entre otros miedos. Es muy diferente, pero continúa la narrativa de Galean. Siento que es un disco re jugado, y estoy muy contento de haberlo sacado. Es la primera vez que encaro una producción tan grande por mi cuenta, teniendo que tomar casi todas las decisiones. Y soy muy autoexigente, subo la vara constantemente».
Esa motivación llevó al músico a llamar a Alejandro Corvalán, un coach vocal que lo ayudó en el proceso. «¡Con una frase, te baja a tierra de un hondazo!», agrega el cantante. «Pero a ‘El Mago’ lo trabajé solo: todos los arreglos, composiciones, producción y demás. Hubo colaboraciones en ‘Azul’, ‘Antes de Nacer’ y en ‘Querida Loba’ (de Pilar Fogwill, Eliana Rosales, Eugenio Estela y Fausto Rivadulla, respectivamente)».
Otra persona que le dio una mano en este camino fue María Paula Bernardou, quien dirigió el clip de «Azul». «Ella se ofreció para hacer un video de una canción mía, le pasé un par y la eligió. Diseñamos juntos la idea y la estética. Yo tenía en claro algunas cosas que quería, porque con Rocío Frigerio habíamos hecho las fotos para el disco. Así que seguimos un poco esa dirección», admite.
LOOPS, BEATS Y MAGIA
Un recurso que Galean aprovecha en sus canciones son los samples, que también incorporaron algunas de sus influencias, como Bjork, Charly García y Tame Impala. Pero para él, primero viene la composición. «Después agarro una parte, la loopeo, armo el beat y le pongo capas. Creo que encontré una especie de fórmula, que a la vez muta constantemente. Es casi como una intuición. No siempre está, a veces la idea no fluye y la tengo que dejar unos días. El pop, la electrónica… todo tiene sus fórmulas, y yo trato de aplicárselas a mis raros temas. También me inspiro mucho en amigos y amigas artistas. Pienso: ‘Ah, este hizo tal cosa, voy a intentar si me sale algo parecido’. Siempre es distinto, claro».
Aunque el disco salió el 16 de marzo (¡el día de su cumpleaños!), el proceso recién empieza: Galean lo presentará en vivo el jueves 18 de abril en el Centro Cultural Richards. Todo un desafío luego de haber compuesto canciones tan introspectivas y jugado con perspectivas muy personales. «Es interesante, en el vivo se suman otras cosas. Me encanta conectarme con el público y hacerlos sentir algo distinto, que entren en el viaje, ¡que se concentren o incluso se desconcierten! Hay cierta intensidad en el ambiente. La banda suena rockera por momentos, y eso está bueno para darle un poco de adrenalina».
En el viaje lo acompañan Juano Sarda Lerotich, Agustín Leiva, Florencia Iribarne y Lucas Garbarino (quienes grabaron en uno de sus próximos proyectos); y en los teclados del vivo se suma Andrés Elijovich. «Vamos a ser seis en escena, más invitadas e invitados. Esperamos hacer del encuentro, como mínimo, algo bello», concluye.