Choke, la banda de rap metal mendocina, presenta su disco «Ke fea cosa» en el Teatro Quintanilla. Una oportunidad para acercarse a su extraño mundo adolescente. La entrevista de Laura Araujo, para el diario Los Andes de Mendoza.
Nuestra diversión es hacer cosas que no tengan sentido. Tratamos de ser diferentes y raros, que la gente nos discrimine en la calle y en la escuela nos señalen y nos digan: mirá ese chabón qué feo que es». Palabras que salen de la boca de Trola, el baterista de Choke. Puede que sea una de sus tantas ironías, una declaración de principios de la banda o la confirmación de una vivencia personal. El baterista tiene 17 años, unas rastas informes rubias que le cuelgan hacia atrás y pearcings imposibles. Así y todo, llegó a ser abanderado de su colegio -aunque después de las quejas que varios padres-. «Hicieron una reunión y dijeron: ‘¿cómo esta cosa va a llevar la bandera?’, decían». Pero la realidad de Choke se mueve entre esos parámetros del absurdo y la rutina. Algo que no parece pose sino más bien uno de los embates de su objetivo supremo: divertirse. Si en el camino pasan cosas, mejor. Este es el artilugio que permite que su música esquive las solemnidades y se convierta en un rap metal cercano a la nueva escuela, lleno de letras autorreferenciales que descubren el particular mundo de la banda y sus seguidores: todo energía positiva y buen humor aunque a veces asome la rabia, tamizada por la voz de niño perverso de C-Ko, el cantante y guitarrista. «Si querés ser un anciano de 13 años depende de vos. No somos felices porque somos jóvenes, sino porque así nos sentimos», dice el cantante. Y así, con su eterna adolescencia a cuestas, van por la vida.
Es miércoles y están en la calle Martínez de Rozas de la Sexta Sección, donde ensayan. La casa está atestada de chicos que van y vienen con instrumentos. Hay dos bandas más que ocupan la sala. Nos hacen pasar al comedor. Se respira un aire de media tarde en hogar de clase media. Hay una madre que hace algo indefinido en la cocina y se ríe de las cataratas de incoherencias que hablan los amigos de sus hijos. Limpian los restos de tequila, limón y sal que quedan en la mesa y se sientan más a bromear entre ellos que a contestar las preguntas de esta entrevista. Igual, se pudo rescatar algunos fragmentos inteligibles.
«Este recital va a ser especial porque es la primera vez que vamos a tocar solos.», dice C-ko, que sabe que el Quintanilla es una especie de meca modesta, pero meca al fin, de los músicos locales. «Estamos con este disco desde febrero, lo grabamos en Choke Récords. Creo que hemos mejorado de la primera vez que registramos algo», cuenta Geilo, uno de los guitarristas. C-ko: «ensayar desnudos nos ayudó (es verdad que ensayamos desnudos, eh)». Trola: «tiene 18 temas, incluidas las rarezas, una sección multimedia con fotos, historia, un video y otras partes donde pueden averiguar las cosas que nos gusta hacer a cada uno: hacerse aros, tomar pichí, hacerse trajes y chocarse contra la pared». C-ko: «la idea es que lo escuche Señor Billetín. Pero para que alguien te de bola tenés que ser importante. Por eso por ahora apuntamos a tocar y nada más». Dengue, también guitarrista, sigue: «aunque siempre soñamos con ser una rock star. Pero después entrás a una banda y encontrás tu fuerte más allá de eso, te divertís y hacés algo por vos.» Trola: «pero qué bueno ser rock star, ¿no? Llegar a un lugar y que la gente te diga: ‘¿señor lo alzo en andas?'»
Choke salió a la luz el 8 de agosto de 2001, es decir que la semana pasada cumplió dos años. «Había una banda que se llamaba Operación Vudú y a mí me encantaba. Después se separaron y C-Ko, su cantante, empezó con su proyecto, la otra parte hizo Saiko. Yo fui, me presenté, me palparon, vieron que tenía la colita dura y me quedé», cuenta Trola, en sintonía con la obsesión genital que persigue al grupo -ante cualquier duda, visitar la página Choke, www.choke.4t.com, rehabilitada, después de que su anterior servidor los censurara por su «contenido erótico»- y sigue: «al principio teníamos un poco de miedo, teníamos que aprender varias cosas». «Después fuimos encontrando un estilo, los temas sonaban más fluidos y eran bien Choke», recuerda C-ko.
Así como Saiko, Ataca a Kamchatka, Infrost y NN Bajo Rendimiento; Choke forma parte de la selección de las bandas mendocinas que compiten como semifinalistas en El Nacional, el concurso que organizan el canal de cable Much Music, el sello independiente Proyecto Under y la marca de gaseosa Sprite. Si pasan esta instancia podrán formar parte de un compilado, y si quedan por encima de todas las Zonas que representan distintos puntos del país, grabarán un video, su propio disco y la posibilidad de tocar en Cosquín Rock 2004.
Hace unos días se los pudo ver en algunos fragmentos de El Nacional en Much Music: un puñado de adolescentes delirando palabras sobre sexo, fama y pearcings, con acento cuyano. Fue divertido. «Queríamos llamar la atención, nos pintamos de muchos colores para que no se olviden de nosotros», dice Trola. Dengue: «Tenés que laburar la estética y tratar de darle algo diferente a la gente. Es una suma de ítems que parecen…nada. Pero es un gran trabajo y cuesta muchísimo. Lo más importante es que haya gente arriba y abajo del escenario que se divierte».
