El guitarrista y compositor David Lebón, legendaria figura del rock vernáculo, está dejando de lado su costado eléctrico para presentarse, como lo hizo este sábado en una sala porteña, un show acústico e intimista porque, señaló, «es un momento para estar más cerca y compartir lo que nos pasa». «Con las cosas que están pasando en la Argentina, me parece que no es momento de hacer un show con mil luces, sino que es mejor estar cerca de la gente para compartir buenas canciones», deslizó Lebón en charla con Télam. Puesto a profundizar las sensaciones que lo sacuden de cara a la realidad argentina, el ex integrante de los grupos Pescado Rabioso, Color Humano y Seru Girán apuntó que «esto del hambre de nuestro pueblo es algo que me pegó mal, que me pone muy triste». «Lo que ocurre -se explayó Lebón- es que yo ya tengo nietos y me resisto a creer que teniendo un país tan increíble se esté condenando al hambre a tanta gente». En busca de una arista positiva frente a la actual situación nacional, el «Ruso» comentó que «quizás esto que nos ocurre es necesario para que abramos los ojos». Sobre cuál debe ser el rol de los artistas en este momento de la Argentina, el vocalista formuló que «no es cuestión de divertirse para olvidarse lo que pasa, sino que la clave es estar juntos para no olvidarnos lo que pasa». «Es hora de estar parados y despiertos y recurrir a artistas que, como Spinetta o como yo, siempre decimos la verdad», remató Lebón sin preocuparse por aparecer modesto. Lebón y Parmisano (actual integrante de la banda del genial guitarrista de jazz Al DiMeola) compartieron mucha música en los ’80, pero ahora se reencontraron para quitarle electricidad a las canciones más conocidas del también ex integrante de Pappo’s Blues, Polifemo, Seleste, Espíritu y Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll.
«Es raro hacer solos de guitarra con una viola acústica pero igual probé esta estética y quedé muy satisfecho», comentó Lebón sobre la inédita experiencia a la que se está sometiendo para estos shows. Al margen del recreo musical desenchufado, el intérprete no abandona ni su banda ni el deseo de registrar un álbum de carácter rockero que estará integrada por una docena de las cerca de 250 composiciones nuevas que compuso desde que se radicó en la provincia de Mendoza. Espiando el futuro de su carrera, el creador consignó que al frente de su grupo de músicos mendocinos está a la búsqueda de un estudio y de un productor para el demorado material porque, «después de seis años de espera, lo único que me importa es que lo que grabe pueda llegar a todo el público que me quiere». En tren de fantasear con sus próximos pasos musicales, Lebón descartó de plano que su próximo disco pueda ser producido por Alejandro Lerner. «Con Ale -afirmó- somos grandes amigos pero somos musicalmente incompatibles porque hacemos músicas diferentes». «El productor que trabaje con el disco debe comprender cómo trabajo y saber trabajar canciones que tienen una historia, que no son compuestas como quien se saca una foto», subrayó. Lebón se ofreció como referente para ayudar a que el rock local -«ahora que estamos como en los tiempos en que apareció el Club del Clan», según opinó- «pueda seguir creciendo y teniendo en claro hacia dónde apuntar». «Con el nuevo escenario económico que vivimos va a haber más espacio para los músicos argentinos, pero a la vez necesitamos crecer y ser tan profesionales como los de afuera», opinó. Para avistar el panorama que quizá se avecine, el cantante apeló a imágenes musicales y concluyó que «si no podemos profesionalizarnos más, los músicos seguiremos atándolo con alambre y haciendo todo a pulmón pero, como contrapartida, tendremos que apelar a tener el corazón más grande».